jueves, 28 de agosto de 2008

CAPITULO VI: Lunes, apenas llegando al Colegio

CAPITULO VI: Lunes, apenas llegando al Colegio

Ya solo faltaban horas para que empezara el teatro, que serian nuestras vidas, la gran puesta en escena.
Nessie, dormía placida en su cuarto, de la casa de la piscina. Me encantaba saber a mi pequeña niña allí; se encontraba tan cansada después de haber ido de cacería con nosotros, que se merecía ese sueño; además, era necesario para que se viera bien mañana, el primer día de clases. Yo la miraba dormir desde la puerta de su cuarto mientras que Edward leía un libro en la sala –bueno, eso decía él “que estaba leyendo”, aunque yo por el rabillo del ojo lo miraba, viéndome, vigilándome, contemplándome-.
-“Ven acá Bella”- me dijo su suave voz, cuando por fin dejo de lado su libro
Camine hacia él, dividida entre el querer seguir con el deleite de ver a mi hija dormir y otro deleite, el que me complacía, estar entre sus brazos, cerca de su cuerpo. Cuando estuve lo suficientemente cerca se acomodo mejor en el sillón y me extendió la mano, la cual no dude en tomar.
-“¿Qué te sucede?- dijo, mientras, examinaba mi rostro con detenimiento, en busca de descubrir algo en el- te siento distinta”
-“No es nada”- no podía verlo a los ojos, descubriría mis temores.
-“Vamos- puso sus ojos en blanco- quieres que me crea que no pasa nada ¿en serio?”
-“Supongo que son nervios”
Una sonrisa se dibujo en su rostro perfecto de ángel y lo sentía contener en su pecho una carcajada. Eso hizo que me enfurruñara entre mis brazos.
-”No le veo la gracia a mis nervios- dije, la molestia era notable en mi voz- a diferencia de ustedes esta es la primera vez que tengo que actuar”
- Controlando la risa para poder hablar –“Vamos Bella, no es tan difícil, es hasta entretenido- acariciaba mi rostro para calmarme, para su fortuna lo estaba logrando- ¿a que le temes?”
- “A hacerlo mal, a ponernos en evidencia, a que Nessie salga lastimada… la lista es más larga, pero eso es como que lo más notorio”- el sarcasmo con el que me expresaba solo parecía divertirlo aun más.
-“Nada va a salir mal- su voz adquirió un tono serio- además eres infalible en muchos aspectos, podrías decirles a todos en la escuela que el cielo es verde y te lo creerían”- Edward, me sostenía con más fuerza a su cuerpo.
En un principio no entendí el porque del comentario, pero entonces recordé la primera vez que estuvimos en nuestro claro, en Forks, cuando yo era humana y estaba, apenas, descubriendo su verdad; me había puesto a prueba, no exactamente de la manera más grata, mostrándome que cuando él se proponía seducir a la presa esta no podría escapas, que todo de él la seducía –su voz, su cara, su olor-. En esa ocasión había corrido entre los arboles, dejándome sola sentada en la grama, para luego aparecer, romper la rama de un árbol, sin el menor esfuerzo, y estrellando a la misma contra otro de los arboles – recuerdo, vagamente, que aun cuando seguramente debía de estar aterrada, no fue lo suficiente como para obligarme a gritar-.
-“Miedo debería tener yo- dijo como si fuera para si mismo, de ese modo me saco de mis pensamientos, yo sabia perfectamente que quería que lo escuchara- voy a “oír” comentarios no solo de mi esposa, aun cuando nadie sabrá que nos pertenecemos, sino también de mi hija, eso si que debe ser aterrador”- su cara tenia un tono de terror falso.
-“Malditos celos”
-“Vamos, ya, tengamos calma”
Nos quedamos en silencio, oyendo el ulular del viendo, podía incluso escuchar como caía el roció de la noche sobre el agua de la piscina y la grama. Allí quietos, entre nuestros brazos, él me daba la paz y la serenidad que necesitaba. Sabia que cuando amaneciera no iba a ser fácil, primero tendría que enfrentarme a Alice – quizás esa era una de las cosas que más me asustaban, definitivamente iba empezar a creerle a Edward con eso de que tengo problemas mentales-, y luego a lo de tener que ir a la escuela.
Estábamos inmóviles, como dos estatuas, cuando un huracán cruzó nuestra pequeña sala.
-“Arriba, arriba- empezó a gritar Alice desde que entro a la casa- Nessie, despierta niña hay cosas que hacer”
-“¿Acaso no has mirado la hora?”- Le dijo Edward sin soltarme.
Era la hora promedio en que seguramente se levantaría, en este pueblo, para ir a clases, pero nosotros, por nuestra manera de conducir y lo rápido que somos para la mayoría de las cosas, sino es que para todas, no necesitábamos de mucho rato para arreglarnos.
-“Todos tenemos que vestirnos, Jacob ya esta comiendo, ese muchacho si que come, Nessie tiene que arreglarse, y bueno muchas cosas hermanito, muchas cosas”
Empecé a incorporarme lentamente, dispuesta a ir a levantar a Nessie, abandonando el suave refugio que me proferían los brazos de Edward, cuando Alice me tomo de la mano y me jalo a toda prisa al enorme closet, atestado de ropa, que estaba en nuestra habitación. Vi volar a mí alrededor las prendas de ropa, ninguna parecía ser lo suficientemente buena, para Alice, como para ir al colegio – yo solo pensaba en no resaltar mucho, para mi seria perfecto ir en jeans y franela-.
-“¿Qué ocurre?”- era la voz de mi hija, desde la puerta del gran cuarto repleto de ropas, todavía medio dormida.
Ella también fue victima de Alice, que se acerco como un rayo a Nessie y la coloco a mi lado, sin que se diera cuenta. La pequeña duendecilla, nazi de la moda, giraba en torno a ella, como imaginando como vestirla, como si fuera una muñeca tamaño real.
-“Estas hecha un desastre, menos mal que te levante temprano, mírate el cabello- decía mientras sacudía la cabeza, como señal de desaprobación- tenemos mucho que hacer”
-“Mamá”- chillo Nessie, apenas se daba cuenta de lo que ocurría.
Yo no puede evitar reírme, finalmente no era la única que era victima de Alice y su Fashion Police.
Alice salió corriendo de donde nos encontrábamos a la habitación de Nessie, a buscar ropa para esta. Después de unos minutos de contemplación, un baño rápido, peinado y maquillaje –al estilo natural- estábamos listas. Salimos de la habitación y me percate de que Edward también estaba vestido, a él lo dejaba elegir que usar, aunque igual era ella la que escogía su ropa, estaba tan guapo como de costumbre, llevaba puesto jeans desgastados y una camisa blanca, con un suéter azul claro –al igual que el mío- sobre los hombros.
Abandonamos la casa de la piscina, en dirección a la mansión, para reunirnos con todos los demás, Jacob nos esperaba al borde de la casa, nos saludamos, él todavía estaba algo dormido pero eso no evito que le diera a Nessie un abrazo efusivo. Entramos todos juntos.
Todos estaban listos, vestidos de colores claros, me reconforto ver a Rose tan bella como siempre, así no seria yo el centro de la atención con la falda larga marrón y el suéter azul claro que me había colocado Alice.
-“Bueno ahora la cuestión es ¿como nos vamos?”- era la voz de Jasper que apenas salía de su cuarto, abotonándose todavía la camisa, de verde pálido, que llevaba.
-“Bella lleva su carro nuevo- decía Edward con una sonrisa de satisfacción- con Nessie y Jacob”
-“Ok, entonces saldremos todos juntos de aquí y nos estacionaremos cerca en el colegio”
-“Recuerden todo lo que hablamos, de cómo debemos comportarnos, Nessie se prudente y controla tu carácter”- Le indicaba Edward, mientras ella cuchicheaba con Jake.
-“Chicos pórtense bien, no hagan trampas”- Esme se dirigió a todos para despedirse, como lo hace toda madre el primer día de clases, como si esta fuera la primera vez de todos; beso todas y cada una de las mejillas en su camino y deposito en la mano de todos un pequeño celular plateado. Explicando que era para poder comunicarnos en caso de que pasara algo y porque era muy improbable que algún joven no tuviera un celular a estas alturas.
-“Buena suerte, nos vemos en la tarde”-Dijo cálidamente Carlisle.
Ya en el porche de la casa, nos dirigimos al garaje, íbamos caminando a una velocidad relativamente normal, como quienes practican una forma de andar por algo particular. Edward, junto a sus hermanos, subió a su Volvo; mientras, me miraba tomar, con Jake y Nessie, mi pequeño Audi. Él arranco primero y yo lo seguí, recorrimos las calles a toda velocidad. Nessie a mi lado parecía recitar algo, cuando me percate de que era, me di cuenta de que se trataba de nuestra historia.
-“Cálmate pequeña, tu mientes mejor que yo”- dije en tono socarrón, para distraerla, aunque no lo logre del todo.
Cuando ya estábamos llegando al campus, redujimos la marcha, no queríamos ser no solo los niños nuevos y ricos, sino también los que parecían pilotos de carrera.
El estacionamiento de los estudiantes era tal cual me lo esperaba, lleno de carros que seguramente la mayoría recibió de sus padre o que habían comprado de segunda mano, el Audi negro y el Volvo plateado eran, definitivamente, los más llamativos, incluso más llamativos que mucho de los carros del estacionamiento de profesores.
Dentro del carro nos pusimos los impermeables, que funcionaban no solo para no mojarnos, sino también como el perfecto complemento de lo que llevábamos hoy. El clima no era del todo lluvioso, antes de bajar, pero si estaba muy nublado.
-“¿Estoy bien mamá?- me pregunto Nessie en lo que bajamos del carro, mientras alisaba su impermeable y se pasaba los dedos peinando sus rizos, habíamos estacionado junto al Volvo- perdón Bella”
-“Te ves perfecta Nessie”
-“Demos nos prisa, vamos a pedir los horarios y a que nos vean”-dijo Japer, mientras caminaba en dirección a los edificios de la escuela, parecía ser quien había tomado la marcha hoy.
Mientras caminábamos era imposible no sentir como se clavaban las miradas en nosotros, como si todos los demás estuvieran viendo estrellas de cine pasearse por la alfombra roja de algún evento o modelos en una pasarela. Sabia perfectamente como se sentían al vernos, porque yo alguna vez también había quedado sorprendida con tanta belleza.

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