jueves, 16 de octubre de 2008

Capitulo XX Llegando a casa y una caja al Final

Capitulo XX Llegando a casa y una caja al Final
(POV Bella)

Ya estábamos en el sendero a la casa, podía ver las luces al fondo y eso me calmaba, aunque solo fuese un poco.
Edward y yo solo nos habíamos dedicado algunas miradas, definitivamente todo lo que nos dijimos, todo lo que yo le había dicho, le había caído como un balde de agua fría, pero esas palabras eran mi única arma, las pronuncie sin siquiera pensarlo pero si me tocaba analizaras ahora, no dudaría en repetirlas, para mi no habría mundo en él que el no existiera.
Y en cuanto a Nessie, ella sin duda era mi pequeña princesa, sin importarme de que edad pareciera; en ese momento me di cuenta de que si algo le pasaba a Edward, eso significaría que algo me pasaría a mi, llegaría mi final también, así que, tenia que dejar todo listo para ella, tendría que enseñarle a hacer algunas cosas por si misma, porque si mi fatídico destino se hacia real ya no seria capaz protegerla –solo espero que mi pequeña pueda perdonarme si eso llegara a pasar y logre entender porque no me he quedado con ella-.
Respire profundamente para poner en orden todas las ideas, que surgían tan rápido que casi me era imposible seguirlas.
Podía ver la contrariedad en su rostro, seguramente seguía dándole vueltas a mis palabras, tal como lo estaba haciendo yo.
Extrañamente aun no llegábamos a la casa, es ese momento me percate de que no íbamos a toda velocidad, como de costumbre; esto era lo más lento que lo había visto manejar, desde que lo conocía. Empezaba a invadirme un sentimiento de culpa, gracias a lo que le había dicho.
- “Sabes algo- dije con tono socarrón, él a duras penas volteo a verme- empiezo a creer que si caminara a la casa llegaría más rápido que tu”
Volvió su mirada al camino y no dijo nada, sus ojos eran tan tristes, estaban perdidos en sus pensamientos y todo era culpa mía. Finalmente detuvo el auto frente al porche. Nadie salía de la casa, supuse entonces, que esperarían a que entráramos.
Edward no hizo gesto alguno de tener intenciones de bajar, todavía se aferraba con fuerza al volante, sin apartar la mirada del parabrisa. Retiro las llaves del encendido y empezó a moverlas en sus manos, absorto en lo que hacia.
Me estaba poniendo los nervios de punta, sabia, perfectamente, que si yo podía ser obstinada él también podía serlo, así que, si tomaba la resolución de ser héroe nadie se la podría quitar de la mente y en ese caso lo único que habría logrado, con mis palabras, seria que se sintiera mal.
- “Edward- dije calmadamente, con la voz suave mientras ponía mi mano en las de él- Edward”- repetí.
Los segundos en los que no reacciono a mi voz me fueron eternos, al fin volteaba con los ojos entre cerrados, no había ningún brillo en ellos. Apostaría a que si pudiera llorar lo estaría haciendo y entonces mis lágrimas también lo acompañarían.
- “Dime que no es verdad”- dijo repentinamente, sacándome de la contemplación de su rostro.
- “¿Qué cosa?”- pregunte inocente, ni siquiera me daba cuenta de que decía, solo quería calmar su dolor.
- “Lo de odiarme”- dijo en un susurro
Lo mire a los ojos, contemple todo su rostro, su labio inferior temblaba levemente. Respire antes de contestar, no quería mentirle pero tampoco quería herirlo más, así que, seria tan sincera como ese ultimo sentimiento me lo permitiera.
- “Odiaría lo sucedido- de pronto la voz se me quebró- odiaría el que ya no estuvieras conmigo”- él tenia su rostro reclinado hacia atrás mirando el techo del carro. Puse mi mano en su mejilla y él coloco la suya sobre ella. Cerrando los ojos con fuerza.
- “No me odies por favor”
- “Tu no me dejes- sentía como empezaba a salir mi mal humor con respecto al tema otra vez, por lo que, tome una respiración profunda- dejemos el tema, de verdad no estamos haciendo nada preocupándonos por algo que ni siquiera ocurre- sus ojos me interrumpieron- confío en ti, sé que encontraremos otra salido y si no es así…- no podía decir lo que realmente pensaba, que si era así me importaría muy poco lo que me quedaba sin él-… todo saldrá bien”- dije finalmente en un intento de mantener la calma.
- “Entremos, están impacientes por saber que paso”- dijo inclinándose hacia mi.
Bajamos del carro y él lo rodeo a toda velocidad, poniéndose de mi lado para tomar mi mano; caminamos lento, sin prisa pero sin detenernos. Cuando estuvimos en la puerta sus ojos me preguntaron si estaba lista y yo asentí, beso levemente mis labios y abrimos la puerta para cruzar.
Nuestra familia estaba en la sala, todos sus rostros mostrando una tristeza inmensa, parecia un velorio. Esme y Carlisle se acercaron a nosotros para abrazarnos.
- “Todo estará bien mi niña”- Esme de verdad ha sido en todos estos años como una madre.
- “Lo sé”- respondí por lo bajo y ella solo sonrío a mi respuesta. Sentí como mis pies se desprendían del suelo y me hacia soltar la mano de Edward.
- “Hermanita, no, no, no, no, esta noche a sido de puro susto- decía Emmett mientras me sujetaba con fuerza- prometo que te cuidare, nada malo nos pasara”
- “Basta Emmett, no seas tan meloso”- era la voz de Rosalie, regañando a su esposo. Eso me divirtió un poco.
Cuando estuve nuevamente en el suelo busque por toda la sala a Nessie, aunque primero me encontré con Edward y Carlisle, parados a la distancia, conversando muy bajo, en realidad no tenia ni idea de que se decían, pero Edward estaba cabizbajo y Carlisle lo consolaba con una mano en su hombro.
Por fin encontraba a Nessie, que estaba sentada en el suelo, en una esquina del comedor, en los brazos de Jacob, quien la consolaba mientras lloraba en silencio.
Me acerque a ella temerosa, se veía tan desprotegida, en el piso, que lo que me provocaba era salir corriendo y tomarla en mis brazos, todavía estaba a unos metros cuando levanto sus hermosos ojos cafés y me vio. Se levanto entre tropiezos y corrió a mis brazos.
- “Mamá”- dijo, con la voz ronca de tanto llorar, mientras su mejilla húmeda, de tantas lagrimas, mojaba la mía.
- “Bueno y ¿Qué a pasado aquí? – dije mientras la aferraba mejor a mi- uno se va un par de días y cuando vuelve están todos triste”
- “Mamá, mama”- repetía mientras su llanto se intensificaba, me percate de que Jacob se había puesto de pie y acariciaba su espalda.
- “Vale, ya sé que me extrañaste, y antes de que preguntes si te he traído regalos”- pronuncie esas palabras haciendo gala de mi mejor sonrisa falsa.
- “No me haces gracias, no estamos para bromas”- dijo secando las lagrimas y poniendo cara de pocos amigos.
- “No estoy jugando, no tienes de que preocuparte”- eso era una mentira, sabia que las cosas podrían cambiar radicalmente.
Sentí la mano de Edward posarse en mis caderas, así que, ya habría terminado de hablar con Carlisle, hice una nota mental de preguntar de que hablaban más tarde. No podría, ni debería, preguntar en este momento.
- “Papá”- dijo nuestra hija ahora arrojándose a los brazos de Edward
- “No empieces, yo también te extrañe, pero por favor no te pongas conmigo como te pusiste con tu madre”- dijo mientras ponía caras graciosas para hacernos reír.
- “Bueno en ese caso, yo también los extrañe”- dijo ella mientras le daba un golpe juguetón en el hombro a Edward. Me tranquilizaba verla ya con mejor cara.
- “Con que a ti si te hacen caso”- dije volteándome hacia él, para tomarlo por la cintura.
Solo supo dedicarme una sonrisa de autosuficiencia en respuesta a mis palabras. En ese momento me di cuenta de que faltaba alguien que no me había saludado, alguien que era imposible que pasara por alto nuestro recibimiento. Vi a Edward a los ojos y de inmediato supo a quien me refería.
- “Esta en su habitación”- dijo con la seriedad nuevamente instalada en su rostro.
¿Cómo era posible de que Alice estuviera en su cuarto si nosotros estábamos llegando? Había pasado todo el tiempo, que estuve fuera de casa, llamándome, como mil veces al día y ahora no estaba. Supuse que Jasper estaría con ella, porque él tampoco estaba en la sala para darnos la bienvenida.
Me desprendí de los brazos de Edward, él me libero sin poner resistencia, corrí a la habitación de Alice, la puerta se mantenía cerrada y podía escuchar, desde afuera, como Jasper la consolaba y le pedía que se calmara; aunque lo escuchaba a él, no escuchaba nada de Alice, era como si Jazz estuviera solo, pero sabia que ella estaba adentro, su aroma me lo confirmaba.
De pronto sentí como alguien se levantaba de la cama y se dirigía a la puerta. No me retiraría, pero di unos pasos atrás para ver mejor quien se asomaba. Para mi sorpresa era Jasper, que venia con los hombros decaídos y todo su rostro contorsionado en una mueca, que no era propia de él, y muchos menos cuando estaba con Alice, se veía desolado, como si lo hubiesen dejado abandonado a un lado del camino.
- “Bella”- apenas logro decir y pude notar que en sus ojos había cierta sorpresa de verme allí ¿será posible que no me escuchara llegar?
- “Jazz- me acerque un paso a él mientras cerraba la puerta de la habitación a sus espaldas- ¿Qué sucede?”
- “No lo sé- su expresión me revelo que el pobre se preguntaba lo mismo- simplemente se derrumbo”- ¿Se derrumbo? Esa no era de las clases de palabras que usara ninguno en casa para describir al pequeño duendecillo.
Me acerque aun más a Jasper y le di un fuerte abrazo, parecía necesitarlo - ahora me percataba de que quizás yo no era la que había pasado la peor noche, en la casa las cosas tampoco habían estado de lo mejor-. Mientras lo sujetaba pude sentir como su cuerpo se relajaba y respiraba profundamente – últimamente todos tomábamos muchas respiraciones profundas-.
- “Bella – repitió mi nombre, ahora más calmado- necesito…”- no me hizo falta que terminara su frase para saber que era lo que necesitaba.
Seguramente en la casa había demasiadas emociones y en él recaían todas, aun cuando nadie lo quisiera así.
- “Ve- dije soltándolo- sal por allí, yo me quedare con ella”- en sus ojos podía ver que se sentía culpable por irse
- “No puedo dejarla- se detuvo pensando sus próximas palabras- se ve tan…”
Nuevamente no me hizo falta que terminar lo que había empezado, una ola de desolación, angustia y agonía me golpeo, así se sentía Alice y así se sentía Jazz, me lleve la mano al pecho, al sitio donde hace algunos años habría estado latiendo mi corazón. Me sujete con fuerza como si el tener la mano allí evitara que me derrumbara.
- “Oh, Bella, lo siento- dijo rodeándome ahora con sus brazos- no quise, no fue mi intención”
- “Edward”- murmure y en una fracción de segundo él estuvo a mi lado sosteniéndome, junto con Jasper
- “¿Qué paso?- pude ver como sus ojos se separaban de mi e iban hacia su hermano – lo entiendo”
- “Sácalo de aquí”- dije parándome firmemente sobre mis pies.
Los dos me miraron con algo de desconcierto, con el mismo desconcierto que se miraban entre ellos.
- “Ya me oíste, sácalo de aquí”- repetí con un tono más autoritario
- “Pero Bella”- dijo Jasper, podía sentir lo avergonzado que estaba por no poder soportar los sentimientos de todos, pero eso no era culpa de él.
- “Quédate tranquilo, yo me quedare con ella, espero que contarle como estuvieron las compras la emocione un poco- intentaba que mis palabras salieran más alegres- y tu –dije ahora para Edward- dile a Emmett y vayan con él”- Edward asintió a mi petición y vi como arrastraba a Jasper lejos de la puerta, cerrada, de la habitación donde estaba Alice.
Pude escuchar a lo lejos como Emmett se jugaba con sus hermanos- si un rato con él no les mejoraba el humor, nada lo haría- y finalmente los sentí salir, a toda marcha, de la casa. La indecisión me invadió, no era capaz de imaginarme como estaría Alice, como para tener a Jasper tan mal, había mencionado compras a la puerta de su habitación y no había salido corriendo, coloque la mano sobre el pomo de la puerta y puse mi mejor sonrisa antes de pasar.
Di un paso dentro de la habitación y allí la vi.
Estaba sobre la cama, abrazando una de las almohadas que tanto le encantaba, tenia el cabello más revuelto de lo habitual y los ojos perdidos en el espacio. Era como ver una estatua, una extraña escultura, ni siquiera reacciono cuando estuve a su lado.
Me tomo unos segundos el ver a mi hermana en esa situación, se veía simplemente hundida en la desolación.
Finalmente me recobre y pase mi mano por sus cabellos, intentando aplacarlos un poco.
- “Alice”- dije temerosa mientras me arrodillaba a su lado, y tomaba una de sus manos que estaba sobre el almohadón.
- “¿Bella?”- apenas se percataba de mi presencia
- “Alice- dije ahora llena de ansias- ya llegue, ya llegamos”
- “Oh Bella- dijo al tiempo que se lanzaba a mi cuello, remplazando al almohadón por mi cuerpo- Bella, que bueno que estén bien, Bella no se vuelvan a ir”
- “Tranquila- dije acariciando su espalda- todo esta bien”- deseaba poder consolarla
- “Fue horrible Bella, fue…”- se detuvo en seco presionando sus dedos con desesperación a la altura de sus sienes.
- “Ya déjalo, no seria la primera vez que cambiáramos el futuro”
- “No así, nunca ha sido como esta vez- tomo aire para continuar- lo vi todo…”- la detuve antes de que continuara; lo que fuera que pretendía decir solo le hacia daño y seguramente me haría daño a mi.
- “Basta, ¿es que caso le tengo que decir a todos en esta casa BASTA?- por primera vez desde que había llegado, me miro a los ojos y su expresión cambio a asombro- no pasara nada, solo tenemos que calmarnos, Alice quieren que tengamos miedo y aparentemente lo están logrando- mi voz ya no era consoladora sino todo lo contrario, se había hecho rencorosa- no permitiré que nada pase, estaremos bien y eso lo sé.”- la verdad era que no lo sabia, pero mentiría si era preciso, para no ver a mi familia derrumbarse.
Alice se abrazo a mi nuevamente y yo la abrace a ella.
En eso sentí a Rosalie y a Esme acercarse a la puerta.
- “Pasen”- dije antes de que tocaran
Los dos hermosos rostros se asomaban por una rendija de la puerta, mientras la abrían lentamente temerosas de cómo verían a Alice; supongo que el ver, como había salido de la casa Jasper no ayudaba a hacerse una buena imagen de cómo se encontraría la pobre.
Esme como buena madre, se detuvo en lo que cruzo el umbral, intentando componer su expresión de preocupación y sorpresa, antes de acercarse más, me podía imaginar como se había sentido al verla, porque yo me había sentido igual; por su parte Rose salto en la cama, del lado contrario al que yo me encontraba y abrazo con fuerza a Alice y luego sus brazos se extendieron hasta mi, como si deseara arroparme en la protección que le brindaba a su hermana. Mis ojos se encontraron con los de ella y pude ver toda su preocupación y todo su dolor.
No me había dado cuenta pero Esme tenia en sus manos unas bolsas que conocía bien, eran las bolsas de mis compras por New York. Pensé en animar a Alice, así que, me incorpore en la cama y extendí mis manos hacia Esme, ella me entrego las bolsas y se sentó a los pies de la cama.
- “Bueno Al, he traído algunas cosas de mi viaje- ella no contesto y eso me entristeció porque la conocía bien, ella era muchas cosas menos ese manojo de nervios y angustia que había abrazado- vamos ¿es que no quieres ver lo que traje?”
- “Yo si quiero”- dijo Rose dedicándome una sonrisa de complicidad
- “Yo también”- dijo Esme aun más entusiasmada, uniéndose a nuestro juego
Aun así no conseguía respuesta favorable de Alice, en ese momento agradecí que se me ocurriera el que Edward saliera con sus hermanos, seguramente lo que pasaba una y otra vez por la mente de Alice, lo pondría a él en una condición similar.
Le dedique una mirada a Rose y otra a Esme, mientras me levantaba de la cama, para salir un momento, rápidamente Esme ocupo mi lugar al lado de Alice. Tenia que ver a Nessie.
Al salir de la habitación, vi la luz del fondo, el despacho de Carlisle, encendida, y decidí caminar hasta allá. Toque a la puerta, que estaba entre abierta, un par de veces.
- “Pasa”- le escuche decir, su voz también era triste, supongo que no era fácil ver a todos los que quería, como hijos, contra el suelo por algo que no podía controlar.
- “¿Tu también?”- dije bajo, mientras me adentraba aun más en la habitación y lo veía pasar sus dedos por la pagina de un libro, pero no sabia que era.
- “¿Yo también?”- dijo, parecía asombrado.
- “Si, tu también, pareces estar como Edward y como Alice, ahora…- recordé que la pobre estaba inconsolable en su habitación-… pareciera que solo esperan que lleguen los enemigos”- dije mientras ocupaba la silla frente a su escritorio, mi tono estaba envuelto entre la rabia y la desolación.
- “¿Y tu?- dijo Carlisle, con un tono de extraña calma- ¿acaso no has decidido recibir a la muerte también?”- me di cuenta de que Edward le había comentado sobre mi “ataque”. Aun así, en su voz no había reproche alguno. Baje mis ojos incapaces de ver los de él.
- “Eso es distinto”- dije sin levantar la mirada
- “Somos uno Bella y tu lo sabes, no te equivocas al decir que nos mataría el perderlos – tomo aire para seguir- Esme quedaría descorazonada, Edward es el primero de nuestros hijos y tu eres quien le devolvió la luz al pobre; me harías infeliz a mi, seria como sino hubiese sido capaz de dar la cara por ustedes; Alice se culparía eternamente por no haber podido saber que pasaría antes de que ocurriera; hundirían a Jasper en un dolor, del cual dudo lograra salir; Emmett habría perdido a dos hermanos, sentiría que no fue lo suficientemente fuerte para ayudar; Rose, ella los quiere muchísimo a ambos, aunque a veces parezca que solo piensa en ella, se a acostumbrado a tener una familia, no creo que soporte ver como nos ahogan nuestras penas; y Nessie, Bella hija, estarías dejando sola a lo mejor que han podido hacer juntos, aunque no estuviera entre sus planes, solo sé que ella nunca quedaría abandonada, pero no los tendría a ustedes”- Carlisle hablo con tal calma que creo eso fue lo que me hizo sentir peor, él tenia razón, estaríamos destruyendo a la familia.
- “Lo sé- dije con un hilos de voz apenas audible- pero es que no puedo si algo le pasara, Carlisle, si algo le pasara esa seria mi sentencia definitiva”- sentí una ráfaga de aire y de pronto como los brazos de Carlisle me rodeaban.
- “Eso también lo sé, lo he sabido desde siempre, desde la primera vez que lo vi preocupado por ti, tu lo cambiaste y él te cambio a ti, en más de una forma. Él también lo sabe- sus palabras me sorprendieron y levante la mirada para buscar sus ojos, me sonreía- si, como lo escuchaste él también lo sabe, Edward puede ser muy obstinado cuando toma alguna decisión, pero sabe que su muerte te mataría, eso es lo que lo tiene tan decaído, pero estará bien, quiero creer que no hará actos heroicos, que entenderá que podemos salir adelante juntos”
- “Yo también”- dije devolviéndole la sonrisa a Carlisle
- “Vamos, sal- dijo poniéndose de pie- algo me dice que no dejaste a Alice para verme- ahora su sonrisa era más franca- ¿Cómo la ves?”
- “No lo sé, esta mal, ¿Qué le sucedió?”- dije mientras caminábamos hacia la puerta; ahora que lo pensaba no sabia que era lo que le había ocurrido, para quee estuviera así.
- “Tuvo una de sus visiones y más nada. Jasper era el que estaba con ella cuando se desvaneció, sus gritos hicieron que todos corriéramos a donde estaban y lo encontramos tendido en el suelo, con ella entre sus brazos. No ha querido desprenderse de ella, todos nos ofrecimos a acompañarla pero él no quería dejarla, supongo que acepto tu ofrecimiento porque debía estar agotado. Son muchas emociones para que cargue solo con ellas- sonaba preocupado por Jazz- me alegra que las marcas que menciono Edward estén desapareciendo”- dijo viendo a mis brazos y cuello
- “Todo estará bien”- dije mientras cubría con mis manos las marcas rojas de mis brazos; esas palabras no eran solo para Carlisle, yo también necesitaba convencerme de que seria así.
Al dejar su despacho, Carlisle volvía a lo que estaba haciendo antes de que yo lo interrumpiera.
¿Me pregunto que seria lo que lo tenia tan concentrado antes de que yo entrara?. Cuando pase junto a la puerta de la habitación de Alice, me alegro ver que estaba un poco más animada que cuando la había dejado, Rose y Esme sacaban las cosas que se encontraban en las bolsas que traje y ella se veía un poco más entretenida en eso.
Antes de que pudiera ir en la búsqueda de Nessie sentí como los chicos llegaban a la carrera, por el camino de gravilla, de la entrada. Eso hizo que me alegrara un poco más, extrañaba a Edward y también me alegraba porque significaba que Jasper estaría mejor, que cuando salio de casa.
Camine hasta la entrada principal, esperando verlos cruzar en cualquier momento. Allí vi a Nessie, en la mesa del comedor, me encontraba en una posición en la que ella no alcanzaba a verme; cuando considere el acercarme para sentarme junto a ella, Jacob salio de la cocina con unos emparedados en mano, algo de fruta, dos vasos y una garrafa de jugo. Él se dio cuenta de que estaba parada en la esquina, se detuvo, como analizando el retirarse para que yo estuviera con mi hija, sabia que ella querría estar con él, la conocía bien; así que, tuvimos un momento de esos, de esos en los que tienes conversaciones sin palabras, le dedique una sonrisa, quizás algo maternal, y asentí para que se acercara a ella. Se sentó a su lado y la convenció de que comiera algo.
- “Vamos Nessie, tienes que comer, no te pongas difícil”- le decía con una voz tan dulce; ni siquiera conmigo sus formas fueron tan calidas
- “De verdad no quiero Jake” dijo ella, con su cara pegada al vidrio de la mesa
- “Mmm… anda come algo… por mi- dijo dudoso- no puedo comer todo esto solo”
- “Claro que puedes, te he visto comer más que esto”- dijo ella, sonando más alegre.

Quizás debería alejarme y darles privacidad, pero me encantaba verlos felices, eso me hacia feliz. Momentos como este me aseguraban que si algo nos pasara, no solo a Edward o a mi, sino a cualquiera de nosotros ella estaría bien, Jake cuidaría de ella, no la dejaría sola y la ayudaría a ser feliz otra vez, como alguna vez me había salvado a mi.
La puerta, de la entrada, se abrió y por ella pasaron tres de mis vampiros favoritos, Jasper y Edward estaban muchísimo más tranquilos, definitivamente es imposible no estar más feliz luego de pasar un rato con Emmett, creo que después de todo si tiene una habilidad distinta a su fuerza, solo que no es muy obvia, diría que tiene que ver con su forma de ver el mundo –esa era una teoría que he considerado desde hace un tiempo-.
Edward corrió a ponerse a mi lado y me lleno el rostro de besos, como si hubiésemos estado horas sin vernos.
Sin darme cuenta todos estaban en la sala, incluso Alice, eso le dibujo una de las más gratas sonrisas a todos en el rostro.
- “Te extrañe”- le dijo Jasper dándole un pequeño beso en la frente
- “Lo siento”- dijo ella apenada y debo decir que son contadas las veces que la he visto usar ese tono.
- “Ya, todo esta bien”- y con esas palabras por la sala se extendió una capa de tranquilidad.
Esa fue un comentario al que Alice no respondió y recordé que no sabíamos en que consistía su visión.
Jasper levanto el rostro de Alice, que se encontraba oculto en su chaqueta y la contemplo a los ojos, como buscando algo.
- “¿Qué?¿Tengo algo?- él simplemente no contesto – Jasper…”- dijo ella en tono demandante
Sentí a Edward reír por lo bajo, mientras me sujetaba con un poco más de fuerza y besaba mi mejilla.
- “Solo mírame un poco más”- dijo Jasper, con un tono muy tierno y una oleada de amor invadió la habitación, todas las parejas se abrazaron y acercaron a ellos para ver que era lo que Jazz diría después.
- “¿Qué buscas?”- ella empezaba a comportarse como la Alice de siempre, dando pequeños saltitos entre los brazos que la sujetaban
- “¿Alguna vez te he dicho que una mirada tuya me hace pensar que te amo y que no quiero perderte?”- lo decía con un tono tan serio, tan convencido de que esa era su realidad que era imposible no suspirar
- “Oh, Jazz”- fue lo único que alcanzo decir Alice, antes de tirarse al cuello de su amado.
Edward tomo mi mano y empezamos a caminar fuera de la sala.
- “Hoy estuve viendo nuestro cuaderno”- alcance a escuchar que le decía Carlisle a Esme mientras la tomaba en brazos.
Así que, eso era lo que veía con tanta ilusión en el rostro, más allá de toda preocupación, cuando lo interrumpí.
Jacob y Nessie, se quedaron en la casa principal comiendo y sabia que después seguramente se sentarían a ver alguna película, a hablar o quizás incluso a jugar videojuegos con Emmett, porque tal parecía el pobre había perdido su compañero de juego por esta noche, Jasper estaría ocupado con Alice.
- “Emmett esta considerando el poner a Jacob a jugar”- me dijo Edward al oído, confirmando mis pensamientos.

Llegamos a la casa de la piscina, por algún motivo Edward estaba más lento hoy, que nunca, caminando a velocidad normal, sin tener intención de acelerar el paso por ningún motivo.
Se sentó en el mueble de la sala y me coloco en su regazo. Besando mi cuello, recorriendo con sus manos mi espalda.
Decidí que el tema del ataque quedaría cerrado, hasta que fuera inminente discutir al respecto, esta noche, todos habían demostrado que no querían pasar los días pensando en una batalla la cual ni siquiera estábamos seguros que ocurriría.
Quería que tuviéramos esta noche una platica muy alejada a todo lo malo que nos pasaba, pero no encontraba ningún tema que me interesara realmente; en ese momento recordé lo del cuaderno que le había visto a Carlisle.
- “Edward- él interrumpió sus besos para verme a los ojos- ¿sabes algo de un cuaderno que tiene Carlisle?”
Me miro con asombro y luego su rostro se trasformo de tal manera que juraría que si fuera posible que se sonrojara lo habría hecho.
- “Si”- dijo y parecía que esperaba que la conversación llegara hasta allí
- “¿Y?”- dije y él puso sus ojos en blanco
- “Siempre lo quieres saber todo- dijo con una amplia sonrisa, mientras revolvía mis cabellos- es una especie de diario”- su tono quería restarle importancia a lo que decía.
- “¿Para que necesita Carlisle un diario?- dije acomodándome mejor entre sus brazos- estoy segura que recuerda todo a la perfección, desde que es vampiro”- estaba segura de mis palabras porque así me pasaba a mi
- “Si, es cierto, pero hay cosas que son especiales, cosas que vale la pena apuntar”
- “¿Acaso tu tienes un diario como ese también?- solté sin pensar, lo vi bajar la mirada y morderse levemente el labio inferior, como si estuviera avergonzado y supe que la respuesta era afirmativa- Ay Dios tienes uno”- dije conteniendo mi risa.
- “No he dicho que si lo tenga”- dijo a la defensiva
- “No me hace falta- dije viéndolo a los ojos, me preguntaba que era lo que querría recordar- muéstramelo, por favor”
- “No, porque te burlaras”
- “Prometo no hacerlo, palabra de Niña Exploradora”
- “Peor aun, nunca fuiste Niña Exploradora”
- “Vamos Edward, no me hagas rogar”- hice un puchero y supe que con eso lo había convencido, era increíble como no podía negarme nada.
Me levanto de su regazo, colocándome en el sofá y salio corriendo hacia nuestra habitación. Inmediatamente volvió con una pequeña caja en las manos, eso me sorprendió, esperaba solo ver un cuaderno, como el de Carlisle. Esto prometía ser interesante.
- “Bueno creo que debo decirte que es esto primero- yo simplemente asentí, él se volvió a sentar a mi lado y yo me posesione otra vez entre sus brazos, colocando en mi regazo la pequeña caja- cuando te conocí huí hasta Alaska, regrese, te salve la vida y decidí no resistirme más a ti”- hizo el recuento de nuestros inicios
- “Eso no es nuevo”- dije demandando más información
- “Bueno… eh… en una de las conversaciones que tuve con mi padre, me hizo ver que tu me habías cambiado, incluso sin quererlo; me comento sobre su libreta y a los días me regalo una con nuestras iniciales grabadas”- en ese momento levanto la tapa y entre otras cosas había una libreta de piel marrón con una E y una B, grabadas en dorado.
- “Es sobre nosotros- dije sorprendida, dando pequeños saltitos en sus piernas –estaba pareciéndome a Alice-.
- “Claro que es sobre nosotros, no creo que haya otra cosa que me interese documentar, solo coloco lo más importante como la primera vez que te vi, la primera vez que te escuche decir mi nombre en sueños, cosas así, no lo escribo todo- dijo entre risitas- incluso escribí tu nana aquí”- hablaba mientras yo miraba el contenido de la caja sin atreverme a tocar nada, había unas entradas, me di cuenta que eran las de los bailes de la escuela; un menú de La Bella Italia, el restaurante de Port Angeles – sin duda alguna tuvo que robársela-; una de las invitaciones a nuestra boda y otras tantas cosas que reconocía, cosas de todos nuestros eventos importantes, mis ojos se desviaron hacia una tapa -¿acaso guarda basura aquí también?-.
- “¿Y esto?”- no pude evitar tomarla entre mis dedos para hacerla girar
- “No lo recuerdas- dijo más para él que para mi- esa es la tapa de la limonada que te bebiste la primera vez que te sentaste conmigo, en el comedor, el día que te pusiste verde en clase de Biología”- dijo conteniendo la risa
- “¿Lo recuerdas?”- dije ante la sorpresa de cómo había descrito el hecho
- “Lo recuerdo todo, ¿recuerdas?”- su sonrisa era tan hermosa
- “Cierto, pero nunca pensé que la guardaras”
- “Fue mi amuleto de la suerte por largo tiempo, la mantuve en el bolsillo de mi pantalón una larga temporada”
- “Eso es lo más dulce que alguien ha hecho por mi; se supone que yo soy la chica, que debería ser yo la cursi”
- “Tranquila sigues siendo la chica, además tenemos más de una década y todavía no termino un cuaderno. Carlisle tiene millones de estos- el que solo tuviésemos uno no le restaría importancia a este gesto tan hermoso- ¿quieres que te muestre algo de lo escrito?. Debo decir que en parte escribí esto en caso de que algún día quisieras recordar todo lo que te dije cuando eras humana, bueno lo más importante; o para que me veas, para que sepas más allá de las palabras que siento”
- “Claro que quiero, solo si tu me lo lees”- fuese lo que fuese sonaría mejor en su voz aterciopelada; empezó a mover las paginas del cuadernillo.
- “No me hace falta leer tu mente, porque cuando me hundo en tu mirada me haces ver lo que tu alma siente y me haces creer que aun cuando no lo sienta quizás si tengo alma, quizás si puede existir un cielo para mi a tu lado, porque solo seria cielo si estas tu”- Edward siempre me colmaba de palabras dulces y de bellos gesto pero no era lo mismo verlo plasmado con su perfecta letra y que ahora después de años me lo leyera.
En esa pagina todavía quedaba algo de espacio y quise dejar algo escrito, coloque la caja de lado, me levante y a toda prisa tome una pluma que había en el mesón de la cocina; volví a mi lugar a toda prisa, abrí el cuaderno en la pagina, donde estaban esas hermosas palabras que acaba de leer, antes de disponerme a presionar la pluma sobre el papel busque sus ojos.
- Él asintió y luego dijo- “Es nuestro”
Yo asentí en respuesta, pero antes de que pudiese escribir algo me detuve, recordé que mi letra seguía siendo simplemente horrible al lado de la de él. Sentí como se tenso ante mi arrepentimiento. Yo la verdad, no deseaba arruinar con mis garabatos lo que él había estado haciendo un poquito más de diez años.
- “Mejor escribe tu”- dije entregándole el bolígrafo, que tomo con gusto
- “Esta bien… ¿Qué pongo?”
Lo pensé un momento, ¿Qué podría poner en aquel cuaderno que contaba de cierto modo un poco de nuestra historia?
- “Lo tengo- él coloco la pluma sobre el papel- DESDE QUE TE CONOCI Y PUDE VER EN TUS OJOS SUPE QUE AUNQUE TU NO LO CREAS TIENES EL ALMA MÁS PURA Y NOBLE QUE ALGUIEN PUEDA TENER; Y CUANDO DESPERTE DEL ENSUEÑO POR PRIMERA VEZ ENTRE TUS BRAZOS SUPE QUE SIN TI YO NO SOPORTARIA ESTA EXISTENCIA.”
- “¿Eso es todo?”- pregunto con una mueca divertida
- “No… fírmalo por mi… Bella Cullen. Ahora dime ¿Cómo lo ocultase tanto tiempo?”
- “Eso es simple, solo tuve que ponerlo en el lugar al que más miedo le tienes; en el closet”
Sus palabras me hicieron reír con ganas por primera vez en toda la noche. Y por un momento pensé que si bien estábamos muertos del miedo y que realmente corríamos peligro, el día no había terminado tan mal, seguía con él y pretendía que las cosas siguieran así sin importa que. No me permitiría perderlo a estas alturas y procuraría no destruir a mi familia en el intento.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA LOKTA, AQUI HABLANDO TU ASESORA DIGITAL...ESTE CAPITULO ESTUBO DE MUERTEE, ME HIZO LLORAR DE VERDAD, ERES UNA ESCRITORA EXCELENTE, SIGUE ASI. AH Y YA VOY A EMPEZAR A HACER ALGUNOS BOTONES Y BANNERS PARA LA PAGINAS, Y VEZ SOLO HA PASADO UN DIA Y YA TIENES A MAS DE 100 PERSONAS, TE DIJE QUE ERA CUESTION DE TIEMPO, ESTARE AL PENDIENTE DE LA CONTINUACIÓN

xoxo
Angelus Cullen

Natysh dijo...

Wow!!! que capítulo... ^^

El final es tan meloso y romántico que casi me da un coma diabético, jajaja... pero me encantó...

Alice... por favor, no la hagas sufrir tanto T.T ... fue duro "leerla" tan desolada... me dio mucha penita...


El capítulo entero estuvo muy inteso, me encanta como escribes...
sigue así, y no demores tanto en subir el siguiente, porfa...

Saludos ^^

Sara Cullen dijo...

si el final tambien fue un coma diabetico para mi jejejee... eso es culpa de las peliculas romanticas.. jejeje

Sara Cullen dijo...

Me encanto dejar hablar a todos los personajes y mostrar cariñitos por Al y Jazz; Nessie y Jake, y Carlisle y Esme :)

tefy dijo...

Estuvo divino, en vdd escribes muy bien sigue escribiendo sip?
y me encanto lo que Edward le escribe a Bella, fue hermoso!!!

Espero que sigas muy pronto =D

Anónimo dijo...

coma diabetico es poco!!
he de admitir qe tambien le temo al closet , y no precisamente por el monstruo , xD sara , me inspiras! de verdad escribes muy bien!! sigue asi!!

Laura G. dijo...

Bellaaaa no es la única que le teme a su closet xD
*x*
Sara coma diabetico no es nada para esto xD

xoxo!
||~·Angela Weber·~||