Capitulo XIX Horrible visión

Capitulo XIX Horrible visión
(POV Alice)

Estábamos en la sala de la casa, Jasper sostenía mi mano y me mandaba descargas de tranquilidad, en este momento todos las necesitábamos – lamento decir que ni siquiera ir de compras le habría dedo solución alguna a mi angustia-.
Nessie caminaba de un lado a otro, mientras que el pobre de Jacob le pedía que se calmara, diciéndole que si seguía así, solo lograría crear una zanja en el piso de la sala.
Jasper expandió su honda de tranquilidad, solo esperábamos a que llegara Edward con Bella, me tranquilizaba de tanto en tanto ver en su futuro y saber que todavía estaban allí, de que todavía tenían un futuro.
No había nada que me desagradara más –apartando los días en que ya no había nada nuevo que comprar- que el no poder hacer uso de mi don, ya me había acostumbrado a lo limitado que estaba cuando Jacob o Nessie estaban cerca, pero la mala recepción no era por ellos en estos momentos, había algo más y no tenia idea de que era, eso si que me ponía furiosa.
- “Jazz, ven vamos a jugar, no has podido ganarme todavía”- decía Emmett, mientras agitaba en su mano los controles del Play Station. ¿Cómo era posible que como estaban las cosas él todavía pensara en alguna apuesta que tuviese con Jasper?
- “Emm, no creo que sea momento para esto”- dijo mi amado vampiro sin emoción alguna.
- “Pero Jasper, quedamos en darle a esto finiquito”
- “Pero este no es el momento”- repitió, ahora con un poco más de carácter
Emmett hizo un puchero y se sentó de brazos cruzados en el piso, en todo el medio del salón de juego. Si que sabia comportarse como un bebe malcriado.
Sentí a Jasper estremecerse, Esme y Carlisle estaban entrando a la habitación, habían estado en el despacho de papá haciendo algunas llamadas.
Sabia que mi pobre chico, muy, emocional, no toleraría más el ser golpeado por la preocupación de todos. Ni siquiera yo lo soportaba más, me tenia al borde de la desesperación no poder contestar a las preguntas de Nessie, que cada vez estaba más agitada; a la preocupación de Rose o incluso a las preguntas no expresadas de Carlisle y Esme, no era necesario ser Edward para poder leer sus ojos.
Me levante del sofá, con Jasper todavía de mi mano, dispuesta a salir a tomar un poco de la brisa nocturna.
- “Estan cerca”- le dijo Jacob a Nessie
Todos se daban ánimos entre si, mientras que yo me odiaba como nunca antes, me odiaba por no poder ser precisa.
Rose se había sentado junto al “pequeño” Emmet,t en el suelo, ofreciéndose a jugar con él, si eso lo hacia feliz pero este se negó, ella solo se limito a acariciar su espalda mientras se mantenía recostada a él.
- “Alice”- sentí como mi hermano me llamaba
- “¿Dime?”-dije distraída y más distraída quede al ver sus ojos.
- “¿Jugaremos hoy?”- pregunto, sabia que no era hacia mi la pregunta, así que, cerré los ojos unos segundos.
- “Si, Emm, tranquilo, jugaran hoy y y se quien gana”- dije al tiempo que tocaba con uno de mis dedos la punta de mi nariz, sus ojos se iluminaron, definitivamente no importaba cuantos siglos pasaran él iba a seguir siendo el niño de la familia.
Jasper y yo finalmente salimos y nos adentramos en el bosque que estaba detrás de la casa, para sentarnos en mi tronco favorito.
- “Tendrás que dejarlo ganar”- le dije sin verlo a los ojos
- “No sé por que me lo suponía”- dijo mientras me daba un pequeño beso en la mejilla.
En ese momento sentí que el suelo se desvanecía debajo de mis pies y de ese modo caía dentro de una espiral interminable, dando vueltas y trompicones contra las paredes, mientras que unas manos me sostenían con fuerza, sin embargo, era como si no fueran tan fuertes como para retenerme, mientras más luchaba por mantenerme en pie más me hundía en la nada. Oía a la distancia a Jasper gritar mi nombre, pero mis ojos no eran capaces de verlo.
Había pasado de una luz brillante, cegadora, a una oscuridad profunda; no parecía salir luz de ninguna parte, estaba dentro de la casa, con los paneles metálicos colocados en las ventanas, similares a los que estaban en la casa de Forks.
Escuche un gruñido y supe que era el de Jasper, aunque no era el mismo Jasper que se había sentado conmigo en el tronco, de pronto los vi, estaban todos en el suelo, yo estaba en el suelo, como muerta ¿era posible eso?¿era posible que estuviéramos muertos?.
Me percate de algo que todavía se movía con vida en la sala, era Bella, que estaba arrastrándose hasta Edward, que pegaba horribles gritos, lleve las manos a mis oídos para evitar escucharlo.
También me percate de que había sangre, sangre que resaltaba en el piso de mármol claro, era de Cristina, que yacía a un lado de Bella, inconciente.
Escuche el gruñido nuevamente, esta vez más cerca.
Vi a Bella perder el aliento, su rostro se retorcía en una mueca de dolor y negación, pero ¿Qué era lo que yo no veía?. Mi pregunta fue contestada en silencio, de las sombras salio un Jasper, con sus ojos oscuros por la sed. Ya conocía ese rostro, lo había visto tantas veces en mis visiones cuando le costaba más resistirse a la sangre humana, lo había visto el día del Cumpleaños 18 de Bella, antes de que saltara a atacarla.
Mi mirada viajaba a toda velocidad de Bella a Jasper, una y otra vez, en ese momento escuche una voz distinta, una voz a la que no había prestado atención antes, una voz que le hablaba con un odio inimaginable a Bella, que ya había soltado de su regazo a Edward y se colocaba, agazapada, entre Jasper y Cristina.
¿Jasper atacaría? No podía permitir eso, no podía permitir que arruinara lo que tanto le había costado alcanzar, mucho menos podía permitir que lastimara a Bella.
Sin detenerme a pensarlo, corrí para evitar que pudiera alcanzarla, si tenia que enfrentarse a alguien seria a mi, yo tenía mejor oportunidad de detenerlo que ella.
Ya estaba cerca, mi mano estaba solo a milímetros de su brazo cuando de pronto hubo una especie de explosión en mi cabeza; en ese preciso instante sentí que no importaba que o quien sostuviera mi cuerpo, el impacto con el suelo era inevitable, lleve mis manos a mi cabeza, como si intentara encontrar la fuente del dolor y empece a caer nuevamente.
Abrí los ojos temerosa de que encontraría, solo podía esperar la imagen de Jasper con los ojos rojos, por la sangre de aquella humana, con su rostro y sus ropas manchadas de sangre, ya habría saciado su sed y ni Bella ni yo habríamos logrado detenerlo.
Mi sorpresa fue aun mayor a encontrarme en la nada, en el vacío total, no había nada a mi alrededor.
Era como si estuviera parada en un punto negro, no había más dolor, no había nada que ver. Gire sobre el mismo punto una y otra vez, buscando algún indicio de algo pero fue en vano. De pronto hubo otro estallido y me agache como para evitar algún impacto; un rostro que nunca antes había visto apareció de la nada; era indiscutiblemente hermoso, vestía todo de negro y me miraba con sus ojos de un rojo brillante.
Se me acerco y yo permanecí inmóvil, era como si mi cuerpo no me perteneciera, rozo con sus dedos mis cabellos y la piel de mi mejilla, cerré mis ojos. Se inclino a mi oído y entonces reconocí aquella voz.
- “Y lo peor para ti es que no importa que veas, no podrás hacer nada, todo pasara tal cual como yo lo quiera”- era la misma voz seductora pero cargada de odio, que había escuchado hablarle a Bella.
Abrí los ojos violentamente y ese fue el momento en que volví a la realidad, fue como emerger del agua a tomar aire cuando tus pulmones ya te queman, cuando no aguantarías ni un minuto más.
Estaba en el suelo, al lado del tronco del bosque, con los brazos de Jasper sujetándome con firmeza, toda la familia nos rodeaba y yo solo podía recordar las caras de mi visión, inexpresivas junto a los gritos de Edward y el llanto de Bella.
- “¿Estas bien?”- pregunto Jasper, cargado de preocupación
- “Si- respondí tragando grueso- es solo que fue diferente”- dije mientras me abrazaba al cuello de su camisa.
- “Lo mejor será que la llevemos adentro”- escuche la voz de mi padre y eso solo arremolinaba mi dolor
- “Vamos Jasper querido”- Pude sentir como Esme lo tomaba del hombro.
- “Buen susto que nos has dado enana, ya pensaba yo que se te habían quemado los cables”- era la voz de Emmett, que ocultaba su preocupación tras una broma.
Jasper se levanto conmigo en brazos y me llevo hasta nuestra habitación. Se sentó conmigo y yo solo me aferre más fuerte a él. No podía ser real lo que había visto, simplemente no podía, no podía.