Capitulo XXX Yo soy su asesino
(POV Edward)
Estaban en el suelo, pero este de pronto se desvaneció y me sentí flotar, sin que hubiese nada a mi alrededor. Era como si volara, cual ave.
Podía escuchar un estruendo, acompañado de un golpe seco y de la dulce voz de Bella que se encontraba rota, dolorida; la escuchaba llamarme y quería ir a donde fuera que se encontrara, el problema era que no sabia donde era eso.
Una luz brillante me cegó, al principio era blanca -¿estaba muerto y llegando a los cielos?- pero se fue tornando de distintos colores que poco a poco tomaron formas.
Allí estaba, sentado en mi silla del salón de Biología, el mismo salón donde había compartido clase con Bella, y en ese momento entro ella, ilumina por la misma hermosa luz, de la primera vez; el profesor la presento, para luego indicarle el único lugar desocupado. El que estaba junto a mí.
La chica, de ojos cafés, se sentó a mi lado y su exquisito aroma me golpeo como lo había hecho aquella vez -¿pero como era posible estar viendo esto?-. Mi boca se lleno de ponzoña y mi garganta se encontraba en llamas.
- “Sabes que quieres Edward, no te resistas, sabes lo deliciosa que seria tomarla ya”- escuche que me decía una melodiosa voz de mujer. Tal parece solo yo la escuchaba.
Nunca la tomaría, sabia perfectamente que había resistido a esa prueba, que ella había logrado vivir, estaban jugando conmigo, pero no les haría fácil ganar.
- “No Edward, ¿y si no fuera tu imaginación?... vamos no lo hagas difícil, tómala en brazos ya y bebé de ella. Deja que esa divina esencia te llene”- tenia que salir de ese lugar antes de sucumbir a aquella voz.
La joven de los hermosos ojos me miraba con preocupación, tal y como recordaba me había visto hace diez años.
Quería gritarle que saliera corriendo, que huyera de mi, pero no hallaba fuerzas para hablar.
Salí como un torpedo, en lo que sonó la campana, rumbo a donde suponía estaría mi Volvo, de aquel entonces, y allí lo encontré flamante como lo recordaba.
La voz que había escuchado en el salón me seguía asechando y mi cuerpo empezaba a rendirse a su petición; ella quería que me dejara llevar, que no razonara, que le di a mi cuerpo lo que me pedía.
Seguí a Bella a su casa, sin darme cuenta de lo que hacia. Mientras corría junto a su camión, me decía a mi mismo que era para protegerla, pero sabía bien que eso era una mentira.
La escuche hablar por teléfono con Renée y entre en la cocina, de amarillo desvaído, al tiempo que ella buscaba algo en la nevera; solo me acercaría un poco, sabía que me podía controlar. Por lo menos eso deseaba creer.
Todo cuanto tenia en manos, lo que seria su cena, se le resbalo, cayendo al piso y haciendo un desastre.
- “Edward”- dijo ahoga Bella, viéndome fijamente.
Y la voz seductora, en mi cabeza, no hizo más que confirmarme que esa era mi presa, que era mía y esperaba que la tomara de inmediato.
Quise resistirme, pero no podía, ya el deseo era más grande. Me acerqué a gran velocidad, hacia su cuerpo, quedándome a escasos centímetros. Aun en esa posición, con su aroma embriagándome y anulando todo control, le ordenaba a mi cuerpo que retrocediera, sin conseguirlo.
Respire profundamente llenando mis pulmones con su efluvio, el monstruo ganaba la batalla, con gran delantera, aupado por la voz desconocida; me encontré, a mi mismo, imaginando el momento en el que su sangre comenzase a descender por mi garganta. No me molesté en controlar el pequeño rugido que salía de mi pecho. Bella lo escucharía, pero eso ya no tenia importancia.
- “¿Por qué te comportaste de esa forma en clases? ¿Acaso te sentías mal?”- el que se preocupara por mi era tan propio de ella, me forcé por escuchar su voz, buscando, aun esperanzada, control en alguna parte de mi.
No tenia control de mis acciones –la voz de mi mente solo me pedía seguir, sonaba impaciente porque llegara el final de mi agonía- Me incliné hacia Bella un poco más, dejándome envolver por aquel dulce e irresistible aroma. Ya no podía soportarlo más. Cualquier rastro de cordura que hubiera en mi se había perdido por completo.
-Lo siento- susurré con la voz rota de dolor, aun intentado apartarme, pero no me era posible, ella era como un magneto; mis músculos se tensaron para atacar y la ponzoña enjuagaba mi boca – tratando en vano de calmar la quemazón de mi garganta-.
La acorralé contra la pared y escondí mi rostro en el hueco de su cuello. Entonces la mordí.
Bella ahogó un grito e instintivamente cubrí su boca con mi mano, impidiéndole gritar. Sabia bien que la casa estaba bastante alejada del pueblo, y nadie le escucharía, pero estaba actuando como un violador que no desea que los gritos de la victima sean escuchados.
Su sangre comenzaba a bajar por mi garganta calmando cualquier dolor que pudiera haber experimentado antes, mi mente me decía que me debía alejar, que no tenia porque ponerle fin a la vida de la mujer que más amaba en el mundo pero el monstruo rugía por más y la voz extraña reía de satisfacción.
Aunque no deseara matarla tenía que reconocer que se sentía fabuloso, así que, en contra de mis propios deseos apreté un poco más mi agarre a su cuerpo y seguí bebiendo. Presioné mis labios fuertemente contra su cuello mientras succionaba desesperadamente, comencé a desear que nunca se terminase la sangre que corría por sus venas. Apreté su cuerpo contra el mío aun más, si es que era posible, bebiendo con más fuerza que antes y deleitándome con el calor que desprendía su cuerpo.
Su corazón se apago y empezó a tornarse fría, allí me di cuenta de lo que había hecho, había acabado con la vida de Bella, que no merecía morir, que tenia un mejor futuro que esto, que el ser solo un bocado, tenia un futuro a mi lado.
Desesperado mordí sus muñecas para llenarla de ponzoña y también mordí su pecho, esperando que empezara la transformación, pero nada sucedió, ya no había color en sus mejillas, se había ido todo de ella.
La mate.
La mecí en mis brazos, rogándole que volviera, que tenia una hija que conocer, que tenia que casarse conmigo; le jure, susurrándoselo al oído, que seriamos felices, que la haría feliz, pero eso solo seria si se quedaba a mi lado.
- “Edward ya se fue – canto la voz que había escuchado antes, estaba solo en la habitación pero la escuchaba con claridad- fue tan suculenta, con razón te volvía loco”
Me seguí meciendo con Bella en brazos, parecía dormida y de pronto volvió la luz brillante, me encontré flotando nuevamente y las cosas poco a poco se hicieron materiales otra vez.
Ahora estaba junto a mi Volvo, en el estacionamiento del Instituto en Forks, y allí estaba ella, tan hermosa y radiante, pero por encima de todo viva, no la había matado. La contemplada perdido en sus maneras, cuando escuche el chirriar de los cauchos de la Van de Tyler en la entrada del estacionamiento, iba directo hacia Bella; antes de pensar en nada, actúe como la vez pasada, salí corriendo a alcanzarla, a salvarla.
Mis pies no parecían lo suficientemente rápidos, corrí con más fuerza todavía, si es que me era posible.
Llegue hasta ella pero ya era muy tarde, la camioneta ya estaba prácticamente encima, no pude evitar maldecir lo que ocurría, la sostuve en brazos pero entre el impacto de mi cuerpo contra el de ella, y el de la camioneta contra el mío, la aplaste contra la parte trasera de su monovolumen, la sangre empezó a salir a borbotones y no me quedo otra que sostener su cuerpo inmóvil contra el mío.
Actúe como un depredador con su presa muerta en las garras, la tome en brazos y salí corriendo de aquella escena. Llegamos al bosque y la volví a poner en mi regazo; tal cual como había pasado en la cocina de su casa, luego que bebiera de ella.
El bosque desapareció y quedamos en una habitación blanca, que no reconocía, nunca había estado en ella.
Una mujer alta, de andar sinuoso apareció frente a mi, ya la había visto, era una de las que había salido de la habitación de Alice antes de que quedara inconciente. Y en lo que hablo reconocí su voz como la que había estado en mi mente, atormentándome.
- “Edward- dijo tras una fuerte exhalada- siempre queriendo ser tan bueno”
- “Calla”- le rugí, ella se acerco más a donde estaba tumbado con Bella y se arrodillo, yo protegí el cuerpo inerte de mi amada con fiereza.
- “Tranquilo, ya no puedo lastimarla más”- eso era cierto yo ya lo había hecho.
- “Fuiste tu la que nos hizo esto”- le escupí en cara
- “No, fuiste tu, tu la convertiste, condenándola a morir; ¿eso era lo mucho que la amabas?, tanto como para maldecirla de este modo”- sus palabras tenían razón.
Abrace con más fuerza el cuerpo de Bella, que se deshizo entre mis brazos, como si pretendiera retener agua entre mis manos.
La busque desesperado y luche porque no desapareciera.
- “Tranquilo Edward, tu la condenaste a muerte, desde el día que pusiste tus ojos en ella, pero no será por tu mano que morirá esta noche. Definitivamente habría sido mejor para ella que hubiese cumplido tu promesa; ¿acaso no lo recuerdas?. Le prometiste que seria como si nunca hubieses existido”- era inflexible en sus palabras.
Recordé todo lo que había visto antes de caer en la oscuridad, y pude escuchar a la distancia la voz de Bella llamándome con desespero, nuevamente, ella estaba en algún lado, al que yo no era capaz de llegar, luchando por su vida, por nuestra vida y sabia que estaba sola porque había visto a mis hermanos caer también.
La mujer abandono aquel cuarto sin puertas y quede solo dando vueltas.
- “Bella, Bella, Bella amor resiste, todo estará bien”- grite con la esperanza de que me pudiese escuchar.
(POV Edward)
Estaban en el suelo, pero este de pronto se desvaneció y me sentí flotar, sin que hubiese nada a mi alrededor. Era como si volara, cual ave.
Podía escuchar un estruendo, acompañado de un golpe seco y de la dulce voz de Bella que se encontraba rota, dolorida; la escuchaba llamarme y quería ir a donde fuera que se encontrara, el problema era que no sabia donde era eso.
Una luz brillante me cegó, al principio era blanca -¿estaba muerto y llegando a los cielos?- pero se fue tornando de distintos colores que poco a poco tomaron formas.
Allí estaba, sentado en mi silla del salón de Biología, el mismo salón donde había compartido clase con Bella, y en ese momento entro ella, ilumina por la misma hermosa luz, de la primera vez; el profesor la presento, para luego indicarle el único lugar desocupado. El que estaba junto a mí.
La chica, de ojos cafés, se sentó a mi lado y su exquisito aroma me golpeo como lo había hecho aquella vez -¿pero como era posible estar viendo esto?-. Mi boca se lleno de ponzoña y mi garganta se encontraba en llamas.
- “Sabes que quieres Edward, no te resistas, sabes lo deliciosa que seria tomarla ya”- escuche que me decía una melodiosa voz de mujer. Tal parece solo yo la escuchaba.
Nunca la tomaría, sabia perfectamente que había resistido a esa prueba, que ella había logrado vivir, estaban jugando conmigo, pero no les haría fácil ganar.
- “No Edward, ¿y si no fuera tu imaginación?... vamos no lo hagas difícil, tómala en brazos ya y bebé de ella. Deja que esa divina esencia te llene”- tenia que salir de ese lugar antes de sucumbir a aquella voz.
La joven de los hermosos ojos me miraba con preocupación, tal y como recordaba me había visto hace diez años.
Quería gritarle que saliera corriendo, que huyera de mi, pero no hallaba fuerzas para hablar.
Salí como un torpedo, en lo que sonó la campana, rumbo a donde suponía estaría mi Volvo, de aquel entonces, y allí lo encontré flamante como lo recordaba.
La voz que había escuchado en el salón me seguía asechando y mi cuerpo empezaba a rendirse a su petición; ella quería que me dejara llevar, que no razonara, que le di a mi cuerpo lo que me pedía.
Seguí a Bella a su casa, sin darme cuenta de lo que hacia. Mientras corría junto a su camión, me decía a mi mismo que era para protegerla, pero sabía bien que eso era una mentira.
La escuche hablar por teléfono con Renée y entre en la cocina, de amarillo desvaído, al tiempo que ella buscaba algo en la nevera; solo me acercaría un poco, sabía que me podía controlar. Por lo menos eso deseaba creer.
Todo cuanto tenia en manos, lo que seria su cena, se le resbalo, cayendo al piso y haciendo un desastre.
- “Edward”- dijo ahoga Bella, viéndome fijamente.
Y la voz seductora, en mi cabeza, no hizo más que confirmarme que esa era mi presa, que era mía y esperaba que la tomara de inmediato.
Quise resistirme, pero no podía, ya el deseo era más grande. Me acerqué a gran velocidad, hacia su cuerpo, quedándome a escasos centímetros. Aun en esa posición, con su aroma embriagándome y anulando todo control, le ordenaba a mi cuerpo que retrocediera, sin conseguirlo.
Respire profundamente llenando mis pulmones con su efluvio, el monstruo ganaba la batalla, con gran delantera, aupado por la voz desconocida; me encontré, a mi mismo, imaginando el momento en el que su sangre comenzase a descender por mi garganta. No me molesté en controlar el pequeño rugido que salía de mi pecho. Bella lo escucharía, pero eso ya no tenia importancia.
- “¿Por qué te comportaste de esa forma en clases? ¿Acaso te sentías mal?”- el que se preocupara por mi era tan propio de ella, me forcé por escuchar su voz, buscando, aun esperanzada, control en alguna parte de mi.
No tenia control de mis acciones –la voz de mi mente solo me pedía seguir, sonaba impaciente porque llegara el final de mi agonía- Me incliné hacia Bella un poco más, dejándome envolver por aquel dulce e irresistible aroma. Ya no podía soportarlo más. Cualquier rastro de cordura que hubiera en mi se había perdido por completo.
-Lo siento- susurré con la voz rota de dolor, aun intentado apartarme, pero no me era posible, ella era como un magneto; mis músculos se tensaron para atacar y la ponzoña enjuagaba mi boca – tratando en vano de calmar la quemazón de mi garganta-.
La acorralé contra la pared y escondí mi rostro en el hueco de su cuello. Entonces la mordí.
Bella ahogó un grito e instintivamente cubrí su boca con mi mano, impidiéndole gritar. Sabia bien que la casa estaba bastante alejada del pueblo, y nadie le escucharía, pero estaba actuando como un violador que no desea que los gritos de la victima sean escuchados.
Su sangre comenzaba a bajar por mi garganta calmando cualquier dolor que pudiera haber experimentado antes, mi mente me decía que me debía alejar, que no tenia porque ponerle fin a la vida de la mujer que más amaba en el mundo pero el monstruo rugía por más y la voz extraña reía de satisfacción.
Aunque no deseara matarla tenía que reconocer que se sentía fabuloso, así que, en contra de mis propios deseos apreté un poco más mi agarre a su cuerpo y seguí bebiendo. Presioné mis labios fuertemente contra su cuello mientras succionaba desesperadamente, comencé a desear que nunca se terminase la sangre que corría por sus venas. Apreté su cuerpo contra el mío aun más, si es que era posible, bebiendo con más fuerza que antes y deleitándome con el calor que desprendía su cuerpo.
Su corazón se apago y empezó a tornarse fría, allí me di cuenta de lo que había hecho, había acabado con la vida de Bella, que no merecía morir, que tenia un mejor futuro que esto, que el ser solo un bocado, tenia un futuro a mi lado.
Desesperado mordí sus muñecas para llenarla de ponzoña y también mordí su pecho, esperando que empezara la transformación, pero nada sucedió, ya no había color en sus mejillas, se había ido todo de ella.
La mate.
La mecí en mis brazos, rogándole que volviera, que tenia una hija que conocer, que tenia que casarse conmigo; le jure, susurrándoselo al oído, que seriamos felices, que la haría feliz, pero eso solo seria si se quedaba a mi lado.
- “Edward ya se fue – canto la voz que había escuchado antes, estaba solo en la habitación pero la escuchaba con claridad- fue tan suculenta, con razón te volvía loco”
Me seguí meciendo con Bella en brazos, parecía dormida y de pronto volvió la luz brillante, me encontré flotando nuevamente y las cosas poco a poco se hicieron materiales otra vez.
Ahora estaba junto a mi Volvo, en el estacionamiento del Instituto en Forks, y allí estaba ella, tan hermosa y radiante, pero por encima de todo viva, no la había matado. La contemplada perdido en sus maneras, cuando escuche el chirriar de los cauchos de la Van de Tyler en la entrada del estacionamiento, iba directo hacia Bella; antes de pensar en nada, actúe como la vez pasada, salí corriendo a alcanzarla, a salvarla.
Mis pies no parecían lo suficientemente rápidos, corrí con más fuerza todavía, si es que me era posible.
Llegue hasta ella pero ya era muy tarde, la camioneta ya estaba prácticamente encima, no pude evitar maldecir lo que ocurría, la sostuve en brazos pero entre el impacto de mi cuerpo contra el de ella, y el de la camioneta contra el mío, la aplaste contra la parte trasera de su monovolumen, la sangre empezó a salir a borbotones y no me quedo otra que sostener su cuerpo inmóvil contra el mío.
Actúe como un depredador con su presa muerta en las garras, la tome en brazos y salí corriendo de aquella escena. Llegamos al bosque y la volví a poner en mi regazo; tal cual como había pasado en la cocina de su casa, luego que bebiera de ella.
El bosque desapareció y quedamos en una habitación blanca, que no reconocía, nunca había estado en ella.
Una mujer alta, de andar sinuoso apareció frente a mi, ya la había visto, era una de las que había salido de la habitación de Alice antes de que quedara inconciente. Y en lo que hablo reconocí su voz como la que había estado en mi mente, atormentándome.
- “Edward- dijo tras una fuerte exhalada- siempre queriendo ser tan bueno”
- “Calla”- le rugí, ella se acerco más a donde estaba tumbado con Bella y se arrodillo, yo protegí el cuerpo inerte de mi amada con fiereza.
- “Tranquilo, ya no puedo lastimarla más”- eso era cierto yo ya lo había hecho.
- “Fuiste tu la que nos hizo esto”- le escupí en cara
- “No, fuiste tu, tu la convertiste, condenándola a morir; ¿eso era lo mucho que la amabas?, tanto como para maldecirla de este modo”- sus palabras tenían razón.
Abrace con más fuerza el cuerpo de Bella, que se deshizo entre mis brazos, como si pretendiera retener agua entre mis manos.
La busque desesperado y luche porque no desapareciera.
- “Tranquilo Edward, tu la condenaste a muerte, desde el día que pusiste tus ojos en ella, pero no será por tu mano que morirá esta noche. Definitivamente habría sido mejor para ella que hubiese cumplido tu promesa; ¿acaso no lo recuerdas?. Le prometiste que seria como si nunca hubieses existido”- era inflexible en sus palabras.
Recordé todo lo que había visto antes de caer en la oscuridad, y pude escuchar a la distancia la voz de Bella llamándome con desespero, nuevamente, ella estaba en algún lado, al que yo no era capaz de llegar, luchando por su vida, por nuestra vida y sabia que estaba sola porque había visto a mis hermanos caer también.
La mujer abandono aquel cuarto sin puertas y quede solo dando vueltas.
- “Bella, Bella, Bella amor resiste, todo estará bien”- grite con la esperanza de que me pudiese escuchar.
12 comentarios:
Imcreible, de verdad que este es de mis capitulos favoritos no solo del fic.. sino como si lo fuera de uno de los libros de Meyer... bueno mejor dicho de la saga... simplemente sin palabras...
P. D. espero no demores tanto en subir el proximo cap... Ahora si que estoy histerica por las ansias de seguir y seguir...
O.o
No nos hagas sufrir tanto T.T
Pobrecito de Eddy, debe estarse muriendo por dentro... que pena
En verdad, está... rayos! muy bueno... no demores en subir el siguiente, por fa!
Saludos!
casi casi me fundi para regalarle a Edward una verdadera pesadilla, la parte que mas me gusta es la de la cocina (que hasta perdon le pide antes de morderla y claro esta como se describe toda la sensacion)
jejejjejeje
Tendran que esperar un par de dias para el proximo cap, no les doy nombre porque ultimamente lo cambio todo...
Al menos que las cosas tomen otro rumbo ese es el ultimo cap y despues suelto el epilogo que ya lo tengo escrito...
:)
Gracias por el apoyo... les dare tiempo pa que comenten bien este cap... hablen bastante...
hola sara!!:D
la verdad soy nueva por aki pero me encanta lo q escribes ya me tienes completamente atrapada con tu historia...
Me djast en una tencion total con ste ultimo cap stoy muerta de nervios y de ansias x saber q va a pasar con el pobre de eddy y con toda la familia
Voy a pensar que este cap no fue tan bueno como otros, no ha recibido tantos comentarios como esperaba... :(
Vamos sara! ... tu fic es sensacional ... no es necesario decirlo ... es decir, sobran las palabras jiji ... ya no nos hagas esperar para el proximo capitulo por fa
Siii¡¡¡¡¡¡
A mi me encanto 100% el cap de Eddy... ni siquiera hay palabras para describirlo... pero plis ya sube el proximo... en serio ya no puedo mas con tanta ansia, diario paso al blogg para ver si ya hay novedad y diario me desepciono y vuelvo a leer algun pasaje que me halla gustado, asi que antes de que me aprenda el fic completo sube el proximo...
todos tienen razon sara...
ya sube el proximo sip?!
sabs q nos encanta tu historia,
subelo sip?
jaja si sara esta muy padre de vdd ya sube el otro cap pobre eddy esta sufriendo y nosotros igual... plisss
Chica escribes muy pero muy bien...te felicito...me has dejasdo con ganas de mas..!!!
Chicos se que estan que me matan sorry... pero entre las elecciones, la uni y las juntas del grupo no doy pa más... ni siquiera he actualizado el blog y eso que por lo menos fotos nuevas hay... prometo esta semana darle solucion a eso... bueno a todo...
MORIIIII
deoz Alex tiene razon , por un momento pense qe lei algo escrito por Steph!
Te Adoro Sara, sigue escribiendo por favor!
ya este es mi Vicioooo!
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