viernes, 12 de septiembre de 2008

Capitulo XII Preocupaciones

Capitulo XII Preocupaciones

(Ha vuelto a narrar Bella)

Este día dio de la manera más inesperada posible un cambio radical, nunca imagine que pudiésemos tener otros enemigos, que no fueran a los que ya nos habíamos enfrentado. Es que era tan feliz en la vida que estaba teniendo, en tener a Edward todos los días y todas las noches para mi, el resto de nuestra existencia; que había suprimido toda posibilidad que pudiese resultar un impedimento, para nuestra felicidad eterna.

Incluso llegue a pensar que la atracción que parecía generar, cuando era humana, hacia el peligro había podido desaparecer por completo, con todo este tema de la inmortalidad, –ahora podía reírme de mis ridículas suposiciones- tal parece estaba equivocada, estábamos equivocados, solo había estado contenida una década.

La pregunta en estos momentos era ¿qué podía estar acechándonos en este pueblo tan tranquilo?  Lamentablemente ninguno de los que estábamos allí podía dar respuesta a eso. Yo solo sentía el pánico recorrer mi cuerpo, al sentir ese aroma que no me era ni en lo más mínimo familiar, ponía mis nervios de punta. Mi mente divagaba entre posibilidades a toda velocidad, se hacían cuadros de los escenarios que se nos podrían presentar, las consecuencias de lo que se decidiera a la final. Era como si estuviera tan rígida que podría quebrarme.

Me recordé a mi misma parpadear y respirar, todavía teníamos que mantener la fachada.

Edward insistía en que mantuviésemos la calma, que no atacarían por los momentos –ese por los momentos no me era muy útil, para lograr controlarme- yo en particular tenia otras ideas respecto a eso, porque ya estaban jugando con nosotros, lo habían “ensordecido” parcialmente a él y habían “cegado” a Alice, así que no podíamos estar seguros de que todo lo demás fuera cierto.

-       “Podemos pelear”- dijo Emmett, que para mi sorpresa no estaba siendo, como de costumbre, burlón.

-       “Podríamos, pero no creo que sea lo mejor”- Edward ya había dicho que teníamos que permanecer como si nada para no llamar la atención ni generar curiosidad.

Yo estaba de acuerdo, aparentemente, con esa idea pero por otro lado solo deseaba tomar a mi familia y salir corriendo para que no los hirieran. No cabía en mi cabeza la idea de ver a ninguno peleando; Nessie, no tenia esa opción, pasara lo que pasara, ella no pelearía a nuestro lado, si eso era lo que teníamos que hacer. Ella ya había tomado el rumbo a sus clases junto a Jacob, todos mis sentidos estaban con ellos, asegurándome que estuvieran bien.

Pensando en un posible pelea, caí en cuenta de que habíamos perdido, gracias a los dones que parecían tener quienes nos vigilaban, a dos de nuestras piezas claves, a Edward y a Alice, ninguno de los dos peleaba sin su poder, así que me invadía la duda de saber que tan buenos serian sin ellos, la respuesta a eso era muy simple, iban a ser tan buenos como yo lo fui en mi primera pelea, donde solo deseaba no morir tan rápido y lograr hacer algo útil por salvarlos a todos.

Un sentimiento de dolor me recorría, a cada paso con más intensidad, me era imposible controlarlo, en esta ocasión no tenia como detener a Edward, como alejarlo de la batalla. Mi mejor opción seria en ese caso, morir antes de verlo sufrir, así que, no me importaría sacrificarme.

Aquí estaba yo caminando por los pasillos del Instituto, donde los humanos, que no sabían la sombra que se tejía a su alrededor, hablaban de cosas tan banales como el Baile de Invierno, con algo de suerte llegaríamos hasta esa fecha, sino es que nos atacaban antes.

Todo era simplemente horrible, ninguna de las dos ideas parecía buenas –pelear o esperar-. Si seguíamos la idea de Emmett, de pelear ahora, nos pondríamos en evidencia, de inmediato, aun que quizás, tendríamos opción a la victoria, éramos seis vampiros adultos y un hombre lobo – los posibles planes se refinaban con cada planteamiento, en mi mente-.

No, Jacob debía tomar a Nessie e irse, dejarnos sin importar nada, ese seria su trabajo, nosotros pelearíamos, pero entonces pensé en Carlisle y Esme, él estaba tan entusiasmado en la mañana con la idea de que lo pudiésemos acompañar a la pequeña fiesta del hospital, que imaginar el dolor cruzando su cara por la perdida de su familia, lleno el corazón que ya no latía en mi pecho, y la bella Esme llorando, sin derramar lagrima alguna, la muerte de alguno de sus hijos, sino es que era la muerte de todos.

No, ellos no entenderían que esto era lo que teníamos que hacer y que solo tenían que seguir sus vidas, aun cuando no muriéramos todos – yo esperaba que esa suerte me alcanzara si llegaba a ser la misma de Edward- el dolor los destrozaría, intentarian vengarnos y seguramente tendrian nuestro, mismo, final. Edward tenia razón, más allá de lo que expresaba, ya no se trataba solo de no llamar la atención ni generarle curiosidad a los vampiros, que olíamos pero no veiamos, no lo había dicho, pero me era obvio que lo pensaba, no podíamos hacerle eso a los que en este momento no nos acompañaban.

-       “Todo va a estar bien”- le escuche decirme cuando estábamos más cerca del salón de clases.

No me había percatado, ya solo quedábamos nosotros dos, el resto de la familia, seguramente, ya estaba en sus salones o haciendo lo que tuviesen que hacer.

Y su voz buscaba reconfortarme, mostrarme algo que me esperanzara a la distancia, pero me era imposible alejar mis pensamientos de lo que era obvio, estábamos en peligro, sin importar que.

- “Tu no sabes eso”- mis palabras salieron de forma apresurada con más rudeza de la que pretendía.

Vi un atisbo de dolor  pasar por su rostro, lo había herido, sin que fuera mi intención, le había mostrado que sabia que no sabe nada, que esta tan ciego ante todo esto. como lo estoy yo, como lo esta cualquiera, lo conozco lo suficientemente bien como para saber que eso lo atormentaba, odiaba no tener la certeza que le daba el leer la mente de los demás.

-       “Lo siento”- dije, ahora reconociendo que sabia que lo había lastimado.

-       “No tienes por que- miraba fijamente el piso de cemento pulido, que se extendía delante de nosotros- no estas equivocada”

-       “Pero igual, lo siento”

-       “Lo peor es sentir lo que sentía antes”- sus palabras no parecían responderme a mi.

-       “¿Cómo te sentías antes?”- no entendía a que se refería con eso, parecía una frase incompleta.

-       “El no poder protegerte”- levanto su mirada para encontrarse con mis ojos.

-       “Ah”

Deseaba lanzarme en sus brazos y besarlo, pero todavía no habíamos llegado a esa parte en nuestro plan, plan que mostraría el surgimiento de nuestra relación ante los demás. Tuve que conformarme con sostener su mirada y dedicarle una amplia y calida sonrisa, él me sonrió de vuelta, con mucho esfuerzo, sus ojos no se iluminaron.

Ya estábamos cruzando el umbral de la puerta del salón, llegamos hasta allí, sin prestar mucha atención. La clase todavía no empezaba.

-       “Ya no soy tan frágil”- le recordé en un tono socarrón, con la esperanza de que eso ayudara a aligerar lo que estaba pasando.

-       “No sé que me pasaría si te ocurre algo”- estaba siendo egoísta, ignore lo que dijo.

No podía permitirme que nuestras debilidades, de el uno por el otro, nos debilitaran en este momento.

Sabia perfectamente lo difícil que seria para él, si fuera el caso, estar en el medio de la batalla si sabia que yo estaba allí, también luchando, y para mi seria exactamente la misma agonía, tener que pelear mientras él también lo hacia, el tener que estar pendiente de cada uno de sus movimientos, vigilante de que no le ocurriera nada.

Respire hondo una vez más y seguí nuestro rumo.

Nos dirigimos a nuestros puestos, siempre al fondo del salón, siempre acompañados de Cristina y Cristian.

No había pensado en ellos, de pronto otra oleada de terror me recorrió, no era el mismo terror por mi familia, sino terror por estos humanos a los que me había aferrado, un terror acompañado de culpa. Sabia perfectamente que representaba un peligro para ellos estar cerca de mi, pero lo había pasado por alto, sabia que yo me podría controlar, que no bebería su sangre y que mi familia tampoco lo haría; pero, ¿qué había de estos intrusos?¿nos atacarían por allí también?¿le harían algo a estos dos buenos amigos solo por lastimarnos?.

Ocupe mi asiento, pensando que lucia normal; bueno, tan normal como podía ser pero aparentemente estaba equivocada. La actuación no me salio también.

-       “ ¿Ocurre algo?”- reconocí la voz de Cristina, con un tono preocupado.

-       “No”- me limite a decir, no estaba entre mis intenciones mentirle más de lo que ya lo había hecho.

-       “Ah- parecía que dejaría la conversación hasta allí pero la conocía lo suficiente para saber que no seria así- no te molestes pero la verdad no parece”

Claro que no estaba bien, ahora tenia algo más porque preocuparme, la seguridad de mis amigos, serian mis amigos solo hasta que nos graduáramos; quizás, si teníamos suerte un poco más, pero lo que estaba seguro es que no serian mis amigos el resto de mi vida, como tienden a ser los buenos amigos de la escuela.

-       “En serio- le mentí, así seria mejor- es solo que no sé”- no sabia que decir. En ese momento vi a Edward, que parecía estar concentrado en algo en su cuaderno, yo sabia que no había nada allí que pudiese distraerlo realmente.

-       “Sabes que puedes contarme lo que sea”- no, no puedo contarte lo que sea. Ese pensamiento me entristeció.

-       “Es Edward- las palabras salieron sin que las pensara realmente, sentí como el cuerpo de él se tensaba en el asiento de al lado- me invito al baile anoche”- si iba a mentir lo iba a hacer bien.

-       “¿En serio?¿Como?”- note que tenia muchas preguntas que hacer pero se contuvo para obtener algunas respuestas.

-       “Estábamos en la casa y simplemente se acerco a mi”

-       “Viste yo sabia que le gustabas ¿A ti te gusta?”- que si me gustaba, era ridícula esa pregunta, aunque ella no lo supiera, me encantaba estábamos casados y teníamos una hija bellísima, esos pensamientos me hicieron sonreír.

-       “Muchísimo para ser franca”

-       “Yo lo sabia, yo lo sabia, yo lo sabia- repetía una y otra vez lo mismo- ¿y ahora que?”

-       “Supongo que vamos a salir antes del Baile”- Baile al que seguramente no llegaríamos.

-       “Chicas, llego el profesor”- al fin Cristian hablaba, solo para anunciarnos que teníamos que guardar compostura.

Eso me saco de la conversación, que no sabia que rumbo tomaría, la idea de plantear la idea de que Edward me invitaba al baile solo ayudaría a que pudiésemos estar juntos sin preocuparme de que supuestamente nos odiamos. De todo esto por lo menos lograría estar de la mano con él, podríamos parecer pareja, eso era algo bueno, nublado por el inminente peligro, pero bueno.

La clase acabo antes de que pudiese concentrarme en ella. Era la hora del almuerzo y no tendríamos clases de Matemáticas hoy, así que, tendría un poco más de tiempo para divagar.

Cerré mi libreta, aunque primero me di cuenta de que en realidad había tomado apunte, el Sr.Both, había hablado del momento histórico en el que surgen historias como las que narraba Jane Austin.

Si ella se hubiese, siquiera, imaginado el enamorarte de alguien que representa el total y absoluto peligro para ti, como tu lo representas para él; que te salve la vida y tu lo puedas salvar sin saberlo; donde el amor sea tan grande que seas capaz de sacrificarte, más allá de no hacer algo o enfrentarte a alguien, si sacrificaras tu vida, si se la entregaras a sus manos, porque desde que lo viste ya nada te pertenece todo lo que tienes, por más defectuoso que este, es de él, porque solo él puede destruirte o hacerte relucir. Esa seria una gran historia de amor. Solo espero que una historia como esa pueda tener un verdadero final feliz.

Tomé mis cosas y me levante de mi asiento, Cristian iba a mi lado, hablando de algo chistoso que había ocurrió en clase, reí sin ganas, de lo que me comentaba.

Sentí como Cristina lo tomaba del brazo y lo apartaba de mi lado. Me detuve, Edward hizo lo mismo, y voltee a ver porque se detenían

-       “Vamos Cris, quiero sacarle copia a tus apuntes”- le dijo ella, noté que solo era una excusa.

-       “¿Ah?- el desconcierto era obvio en su cara- no he copiado nada, esperaba pedir los tuyos”

-       “Bueno busquemos a alguien que si halla copiado”- ella estaba siendo sumamente insistente.

-       “Pero Cristy tengo hambre, ¿no podemos hacer eso después?”- era cómico verlo debatirse con Cristy

-       “Tu siempre tienes hambre, vamos no me hagas rogarte”- en ese momento me di cuenta de lo convincentes que podían ser sus ojos.

-       “Arg… esta bien , pero solo por esto tu pagas hoy”- dijo él a tono de broma, yo sabia que era incapaz de hacerla pagar.

-       “Nos vemos más tarde Bella, Edward”- Cristy, tomo el brazo de Cristian y lo arrastro en una dirección contraria a la nuestra, pero antes de partir me guiño un ojo.

-       “Es que tengo que explicarte todo, necesitan estar solos. Edward se decidió a invitarla”- pude escuchar a Cristy explicar sus intenciones a su acompañante, en la distancia, alguien normal no los habría escuchado jamás. Eso me hizo reír.

Nos dimos la vuelta y empezamos a andar al comedor, todos ya estarían allí, en total silencio, viendo hacia al frente, procurando únicamente no tropezar con nadie, quizás, atentos de si sentíamos a los invasores, por lo menos yo iba atenta de eso.

-       “Buena tu actuación de hoy”- dijo Edward, buscando conversación.

-       “Si le iba a mentir tenia que lograr algo”- le dije sin dejar de prestar atención a mi entorno.

-       “Que mejor que hacernos pareja- dijo bufándose de mi- supongo que tengo que pedirte ahora que seamos novios”- no contuvo la risa.

Después de tanto tiempo, me seguía pareciendo increíble como cambiaba de humor tan rápido, pero sabia que aun cuando eso era parte de su carácter, no quería decir, que no le daba importancia a lo verdaderamente la merecía. Yo en ese aspecto era más intensa, las emociones eran más lineales en mi, eso también había sido una de mis característica cuando era humana, así que, supongo que a eso se debía la diferencia con respecto a él.

-       “Supongo”- empezando a relajarme, junto a él.

-       “Tienes muy buenos amigos, ella realmente quiere que logremos estar juntos y ser felices”

-       “Lo sé- empezaba a estar de mejor humor pero el recuerdo al que aquellos humanos que estaban expuestos, al peligro, nublo mi progreso- solo deseo que estén bien”- mis ojos de seguro revelaron toda mi angustia y preocupación.

-       “Todo estará bien”- dijo, repentinamente con tono serio que acompañaba mi tristeza.

-       “Júramelo, miénteme, dime que estaremos bien, que no pasara nada, que los buenos siempre ganan, que simplemente se irán”- las palabras salieron atropelladas, llenas de ansias.

Me tomo del brazo y me jalo hacia una columna en el pasillo, que estaba camino de a la cafetería, me puso contra la columna y su cuerpo de roca me protegía del exterior, levante mi escudo en torno a él, siempre buscando tenerlo a salvo conmigo, me invadía nuevamente el temor.

-       “Todo estará bien”- dijo con firmeza, creyendo en sus palabras.

-       “Espero”- fue lo único que pude decir, se me quebró la voz. Hundí mi cabeza en su suéter e inspire para calmarme, teníamos un plan que seguir, parecer normales, sentí como acariciaba mi espalda.

Levante el rostro y beso mi frente, le agradecí con una sonrisa ese gesto, aunque deseaba algo más de él, deseaba que me besara como nunca antes lo había hecho, deseaba que me besara desde este preciso momento hasta el ultimo, hasta el día de la batalla, si esta realmente se acercaba, sin perder siquiera un segundo.

Empezamos a andar nuevamente, deje caer mi escudo. Entramos en el comedor, la familia ya estaba en la mesa, incluso Nessie y Jacob estaban allí, solo ellos dos tenían bandejas con comida, supuse, que los demás los habían obligado a comer algo.

Sus caras, las de todos, caras que conocía tan bien, estaban apagadas, esperando nuestra llegada. No hablaban, ni hacían movimientos más allá de los necesarios.

Rose y Emmett estaban uno sobre el otro, envueltos entre sus brazos inseparables; Alice y Jasper, eran más discretos, como siempre, su amor no era tan físico, como el de los otros dos, estaban inmersos en profundas miradas, él acariciaba la mano de Alice, con suma delicadeza, aforrándose a ella, como quien esta temeroso de perder a quien más ama. Jacob y Nessie simplemente contemplaban la comida delante de ellos.

Tomamos nuestros lugares sin decir nada, luego de un momento fue necesario hablar, el silencio era peor, se sentía en el ambiente la preocupación y la zozobra.

-       “¿Y eso que no te sientas con tus amigos?”- le dije a Nessie, con el tono más despreocupado que pude encontrar.

-       “No creí que hoy fuese un día para estar lejos de la familia”- su tono era muy triste, luche para no reflejar la tristeza que me contagio en el mío.

-       “Vamos que no pasa nada”- todos posaron sus ojos en mi, parecían preguntarse si había olvidado lo de nuestros visitantes indeseados.

-       “Mamá”- sentí el chillido en la voz de mi hija a la vez que se abrazaba a mi cuello. La abrace igual.

En la mesa empezaron a hablar, lo percibía como un zumbido, eran pequeñas conversaciones de todos con todos, muy rápido y  bajo para el oído mortal.

Sentí la mano de Edward posarse en el hombro contrario, al que se apoyaba nuestra hija, para darme fuerzas, tenia que mantenerme a flote, no podía permitir que la tristeza, la preocupación, el dolor y la desesperación me invadieran.

-       “¿Qué esta pasando?¿Por que nosotros?”- hablaba entre sollozos, sentía como sus lagrimas mojaban mi hombro. Solo pude abrazarla con más fuerza todavía.

No podía reconocerlo pero yo me hacia las mismas preguntas y hasta los momentos, después de toda la mañana pensando en eso, no había hallado respuesta.

-       “Calma, calma”- pase mi mano por sus rizos.

-       “¿Es que acaso olvidaste que ha pasado en la mañana?”- levanto su rostro y me miraba intensamente

-       “No he olvidado nada, es un mal de vampiros- me acaricie la frente y le guiñe el ojo- pero tu no tienes que preocuparte de nada, nosotros nos encargaremos de todo”- hablaba con confianza sabia que ningún humano nos prestaba atención.

-       “¿Y si algo les pasara?¿qué será de mi?”- odiaba ver la angustia en sus ojos, los míos alguna vez fueron iguales

-       “No pasara nada- tenia que ser convincente- escuchaste a tu padre… a Edward, no atacaran”- dije eso deseando con todas mis fuerzas que fuera así, que pudiésemos salir de esto sin bajas.

-       “Claro que si nena, todo estará bien”- las palabras de Rose apoyaban mi plan, extendiendo una mano hasta alcanzar la de Nessie.

 De seguro ya todos habían entendido, que tenia que proteger de esto a mi pequeña. Ojala todos lo hayan captado.

-       “Claro que si, vamos somos ocho vampiros adultos, dos que hacen trampas, viendo el futuro y leyendo mentes, y estoy yo ¿cuándo me has visto perder? Cuando no me hacen trampa”- dijo Emmett con una amplia sonrisa.

-       “Nunca”- dijo mi bebé, secando sus lagrimas.

-       “Ves, si nosotros estamos tranquilos tu también debes estarlo”- era Jazz ahora quien buscaba tranquilizar el ambiente y no solo usando sus palabras, para fortuna mía.

El resto de la hora de almuerzo paso sin que dijéramos gran cosa, uno que otro comentario, en todo momento lo más lejano posible del peligro que nos rodeaba. Sonó el timbre que anuncia el tener que volver a clases. Jacob y Nessie fueron los únicos en levantarse.

-       “¿No vienen?”- dijo Jacob al darse cuenta de que ninguno se movía

-       “Nosotros no tenemos matemáticas hoy”- respondí señalando en un movimiento, de cabeza, a Edward.

-       “Ni nosotros”- dijo Jasper

-       “Prueba de Rh, no creo sea recomendable asistir”- anuncio Rose con una amplia sonrisa, que mostraba todos sus dientes.

-       “Ok, nos veremos después, supongo”

-       “Obvio”- dije, dedicándole una sonrisa a ambos.

Nessie que ya estaba a unos pocos pasos de la mesa, retrocedió para darme un beso y a Edward también, hoy había roto cuanto protocolo habíamos hecho.

Esperamos a que estuviesen lejos, gracias a que Alice no era capaz de verlos con claridad -por algún motivo que todavía no estaba claro-  Edward los acompaño viendo a través de los ojos de los chicos que estaban en el pasillo, como pasaban frente a ellos.

-       “Ya están en clase”- anuncio

-       “¿Prueba de Rh?”- dijo Alice, arqueando una ceja, en dirección a Rosalie.

-       “Fue lo mejor que se me ocurrió- esta sonaba irritada por el reproche- ¿qué querías?¿tenia que decirle que nos quedarías a hablar?”

-       “Tranquila”- dijo Edward con serenidad.

-       “Te quedo bien lo del Rh”- comento Jasper.

-       “Claro que si, Nessie siempre ha estado tan entusiasmada con sus clases que no sabe de nuestros horarios, podríamos decirle que estamos viendo clases de Aeronáutica y no prestaría atención a eso”- dijo Emmett entre risitas.

Todos relajamos nuestras posturas y dejamos caer las fachadas de tranquilidad, que habíamos mantenido, durante toda la hora.

-       “¿Realmente crees que estemos bien, viejo?”- incluso Emmett se mostraba preocupado ahora.

-       “No lo sé, pero buscare que sea así, tenemos que mantenernos en calma, haciendo lo que haríamos normalmente”

-       “¿Y Esme, y Carlisle?”- Alice era quien los nombraba, con notable preocupación.

-       “Les diremos lo que pasa, ellos también deben estar alertas, pero no podemos decirles o por lo menos no de forma tan radical que nos han inhabilitado”- dijo señalándose y a Alice, también, con un dedo. Edward estaba notoriamente preocupado por ese hecho.

-       “Arg- era audible el rugido en el pecho de Alice- Parcialmente hermano, parcialmente”- le recordó a Edward con rostro amargo.

-       “Debemos mostrarnos en calma, yo tampoco creo que debamos alterar nuestras rutinas y comportamientos, eso es obviamente lo que buscan. Le diremos a Carlisle y a Esme que hay unos visitantes, que no los hemos visto pero que ya captamos su olor. Que según lo que sabemos, gracias a Edward y a Alice, no parecen pretender atacar por los momentos. Eso no seria mentir, les estamos dando la información que necesitan pero no los estamos alarmando innecesariamente, ni nosotros sabemos bien que pasa”- Jasper estaba dando las instrucciones de como comunicaríamos esta situación, todos prestábamos atención.

Por un momento voltee a ver a Edward, no decía nada desde la ultima vez y tampoco parecía prestar atención. Tenia la mirada concentrada en sus manos, como si hubiese algo malo en ellas. Vi el dolor de la duda instalarse en su rostro.

-       ¿Qué pasaría si sabemos que algo los detendría? ¿qué pasaría si ese algo fuera malo?”- parecía estar hablando consigo mismo.

-       “¿De que hablas?”- le pregunte, con las ansias desbordando y colocando mis manos entre las suyas.

-       “¿Qué pasaría?”- dijo levantando el rostro para ver en mis ojos

-       “No lo sé”- dije dolida de no poder dar una mejor respuesta, una que lograra calmarlo

-       “No te vayas a volver loco por favor, mira que el que estés “sordo” no quiere decir nada, lo que si es que ahora podremos luchar y no me harás trampa”- Emmett intentaba hacer una burla de la situación pero igual sentí la preocupación en su voz.

-       “Todo debe permanecer con calma, aquí no pasa nada- dijo Edward, ahora dejando la contemplación de sus manos, pero todavía no parecía recuperado del todo- Aquí no pasa nada”

-       “Esta bien”- se concluyo al unísono.

Todos dejamos nuestros asientos, todos rumbo a lo que estarían haciendo normalmente. Yo solo deseaba creer que todo estaría realmente bien, que le plan de permanecer en calma nos liberaría, aun así permanecía preocupada por todos, los que habían estado en esa mesa y los que no también, en especial preocupada por Edward y Nessie. Era necesario que saliéramos de esta. Todo debía realmente volver a estar bien.

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