sábado, 20 de septiembre de 2008

Capitulo XIV Manipulando por una Invitacion

Capitulo XIV Manipulando por una Invitación
Ya era viernes, la semana había pasado sin más novedad que la que nos había golpeado el lunes.
Íbamos camino al salón de literatura, erala materia que nos tocaba en el primer periodo.
Ya había arreglado muchas cosas en casa, para partir esta tarde a New York con mi amiga, había dado las mil instrucciones, cambiando de opinión cada cinco minutos, con respecto a lo que creía debían hacer mientras no estuviésemos, ni Edward ni yo. Había aturdido a Nessie, toda la noche, del jueves, hasta que se quedo dormida, con el típico planteamiento paterno, de que debía portarse bien, que debía hacerle caso a sus abuelos y tíos y sobre todo no debía complicar las cosas en lo más mínimo. Lo último que me dijo fue “Lo que digas mamá”, y finalmente sus ojos se cerraron por completo. Me quede a un lado de su cama, viéndola entre sueños.
Rumbo al aula vimos a Cristian, estaba parado junto a una fila de casilleros, solo, eso me pareció sumamente raro, ya estábamos sobre la hora de clases y él por lo general aguardaba por nosotros en su asiento, se veía contrariado, como si estuviera intentando tomar una difícil decisión.
- “Es Cristy”- dijo Edward antes de que le pudiera preguntar. Por un momento me preocupo el que algo malo hubiese podido pasar.
- “¿A que te refieres?”- pregunte con la preocupación a flor de piel
- “Tranquila amor- dijo al tiempo que acariciaba mi espalda- es solo que se debate entre invitarla al baile o no”- su voz procuraba devolverme mi calma
- “Demonios Edward, no podías empezar por allí”- dije con cierta frustración
- “No pensé que reaccionarias tan histéricamente”- dijo conteniendo la risa que se arremolinaba en su pecho.
- “Ja. Ja. Ja muy gracioso”- el sarcasmo era cortante
- “Ya esta, cálmate- acompaño sus palabras de una de sus sonrisas torcidas, mi frustración se desvaneció de inmediato, como si nunca hubiese existido- me estresa como los humanos se complican con cosas tan absurdas”
- “No hay nada que podamos hacer”- ya era dueña de mi calma nuevamente
- “Eh… yo creo que te equivocas”- era obvio, gracias a sus ojos, que planeaba algo
- “¿Qué estas inventando?”- dije cuidando mis palabras.
Edward en ocasiones podía ser radical, cuando quería cambiar las cosas, no me extrañaría que pusiera a Cristy en un falso peligro, nada serio, pero que en definitiva aceleraría el pulso de cualquier humano, e hiciera quedar a Cris como un salvador.
- “Ya vas a ver”- dijo sonriente, su plan debía de ser bueno.
Saco su celular, de uno de los bolsillos internos de su chaqueta, y empezó a teclear a toda prisa, el teléfono repico un par de veces antes de que atendieran
- “Ya voy para allá”- reconocí la voz de Alice
No hizo falta que dijera nada, en unos pocos instantes, la cómplice de, cual fuera, el plan de Edward, estaba a nuestro lado con una amplia sonrisa en todo su rostro.
Entramos al salón, Cristian seguía estampado contra la pared del pasillo, ni siquiera se había dado cuenta, que tan solo hace unos minutos, habíamos pasado a su lado. Realmente algo atormentaba a mi amigo.
Tomamos nuestros asientos habituales, al final del aula. Cuando me senté Alice me tomo de los hombros y cambio un poco mi posición, girando mi cuerpo.
- “Quédate así Bella, no te muevas o arruinaras todo”- dijo mirándome a los ojos, como si buscara algo más que cambiar.
- “No necesitas que te diga nada ¿cierto?”- dijo Edward. Obviamente dirigiéndose a su hermana
- “No nada, ya sé que quieres que diga y estaría bien improvisar”- dijo ella sonriendo satisfecha.
- “No exageres Al”
- “Cállate, viene entrando”
No me hizo falta voltear para imaginarme el rostro de mi amigo, sus pasos eran tristes, arrastraba los pies y suspiraba cada cierto rato –ninguno de esos sonidos era audible por los humanos, así que entendí porque Alice había girado mi cuerpo-. Cris tomo su lugar sin decir palabra alguna, ni siquiera un simple hola. Edward y Alice lo ignoraban yo hice lo mismo, garabateando en la tapa de mi cuaderno, escuchando con atención la actuación de los otros dos.
- “¿Crees que acepte?”- preguntaba Alice, como si la conversación ya tuviese rato en curso.
- “No lo sé la verdad”- Edward se rascaba la cabeza mientras pronunciaba aquellas palabras.
- “Bueno él la quiere invitar este fin de semana a comer algo y así preguntarle del Baile, me pregunto a mi que sabia de ella y solo le dije que era amiga de ustedes dos”- Alice me señalo con un sutil movimiento.
Podía sentir como el cuerpo de Cristian empezaba a estar interesado en la conversación que se daba frente a él.
- “Bueno hasta donde sé, no tiene con quien ir al Baile”
- “Entonces si le puedo decir para que la invite- la voz de Alice era sumamente entusiasta- Cody esta entusiasmado por la idea”- contuve la risa, Cody era uno de los compañeros de clase de Alice, desde el primer día había intentado acercarse más a nosotros.
- “Bueno pero no será este fin tampoco”- dijo Edward mirándome, aparentemente si participaría en la actuación.
- “Es que Cristy y yo nos vamos en la tarde a New York, así que tendrá que invitarla en la semana”- dije sin detenerme de hacerle garabatos a mi cuaderno.
El cuerpo de Cristian se envaro, casi automáticamente se puso de pie y salió del salón como un rayo, tan rápido como le permitía su velocidad humana. Cristy todavía no había llegado al salón y quedaba algo de tiempo antes de que empezara la clase.
- “¿Y?”- le dije a Edward curiosa de que había pasado por la mente de nuestro amigo
- “Bueno sus pensamientos específicos fueron: ella no, tengo que ir a buscarla antes de que ese tal Cody la busque, antes de que la hermana de Ed le cuente su conversación, bueno Cristian ármate de valor e invítala, porque sino como que la pierdes para siempre”- Edward imito la voz de Cris para nosotras.
- “¿Así que fue a buscarla?... Excelente”- yo sabia lo mucho que se gustaban el uno al otro pero no era como Edward, como para pretender interferir.
- “Es más ya la encontró- dijo Alice con la mirada perdida- él no le va a decir nada de lo que nos escucho hablando, esta es mi salida”- dijo poniéndose de pie, en lo que estuvo sobre sus piernas sonó el timbre.
Cristy y Cris entraron a toda prisa al salón, sonrojados y acelerados, dedicándose casa diez segundos miradas furtivas, podía escuchar a sus corazones galopar con desenfreno. Me alegraba que estuvieran alegres, Edward en una ocasión me había mencionado lo mucho que me querían – recordar ese momento me enterneció- había dicho que se habían encariñado muchísimo conmigo, que de verdad nos queríamos los tres. Eran mis mejores amigos, claro esta no se comparaban con ninguno de los Cullen, ellos eran mi eterna familia, pero igual quería con todo mi ser a estos dos humanos, solo quería verlos felices. En ese momento pensé que quizás si el peor destino que podía tener, junto a mi familia, era lo que venia hacia mi, de forma indetenible, a lo mejor que aquellas dos personas, tan únicas y espectaculares en sus formas, podrían mitigar mejor el dolor de la perdida, si moría en una batalla que no deseaba tener, a lo mejor estando juntos se le haría más fácil. Su felicidad, a pesar de que pensaba en ese momento cual podía ser mi horrible destino, me hizo sonreír, una sonrisa algo melancólica, pero una sonrisa al fin y al cabo.

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