Capitulo XXV Cercania

Capitulo XXV Cercanía
(POV Bella)

Le había ocultado por completo mi conversación con Renée a Edward, él sabia perfectamente que nos habíamos visto pero no le comente de que hablamos; lo que menos necesitaba era que mis preocupaciones lo inquietaran, la verdad solo podía esperar y pretender que creía que las cosas saldrían bien, pero eso no evitaba que pudiera mantener un respaldo; aunque todo me preocupaba, lo que peor me tenia era la idea de dejar a Nessie desamparada, sabia bien que ninguno de los chicos la abandonaría ¿pero y si la tragedia era el destino de todos los Cullen?, esperaba que no fuese así; pero sin embargo, por miedo a equivocarme en eso, decidí acercarme a mi madre para de cierto modo prevenirla de todo esto.
Los días posteriores a nuestro encuentro me encargue de arreglar con abogados, unas cuantas cosas más, puse a nombre de Renée, Charlie, Nessie y Jacob algunas propiedades que tenia, casi todas habían sido regalos de Edward –todos, en mi familia, pensaban en los bienes raíces y las acciones de la bolsa como buenas inversiones-, así me aseguraba de que tendrían fondos para seguir.
Escribe en las noches, luego de ser torturada por Alice, con las constantes pruebas de guardarropa, y aprovechando que Edward no se encontraba cerca, por estar patrullando el perímetro con los demás, un conjunto de cartas para mi hija, era doloroso escribir como si me estuviera despidiendo, pero prefería eso a que no entendiera porque las cosas se daban como se daban.
Rezaba porque Alice fuese capaz de ver venir la tormenta para que Jacob pudiese sacar a Nessie de la línea de ataque, los quería bien lejos para el momento en que la bomba estallara.

Mi niña.-
…Se que te haz enamorado, como yo lo hice, por eso espero que me entiendas, que entiendas que mi lugar esta con tu padre, mi vida le pertenece como la de él me pertenece a mi. El que no este o que no haya escapado contigo, no es para que creas que te amo menos, pero sé que entenderás que no podría vivir sin mi vida, Edward es eso para mi. Nena, quiero que sonrías cada día y recuerdes solo lo mejor de nosotros, tu iluminas nuestro mundo, tu eres lo mejor de los dos, pelee por defenderte cuando supe que estabas en mi y me seguiré enfrentando a lo que sea por tenerte a salvo…

- “Bella”- se escucho la voz cantarina de Alice, llamándome desde la puerta de la casa de la piscina
- “¿Qué?”- conteste un poco áspera, mientras cerraba el cuaderno donde estaban mis escritos para Nessie.
- “¿Qué?... eso no es una respuestas- coloco sus manos en su cadera y frunció el ceño- tienes que arreglarte ya. Los chicos están por llegar, Rose esta ayudando a Nessie, Bella en lo que todos estén listos nos vamos al evento del hospital”- casi olvidaba que hoy era un día importante en el trabajo de Carlisle
- “¿Tardaran mucho?”- pregunte mientras me incorporaba para dejar el cuadernillo en la repisa de mis libros
- “No, deben estar aquí en un par de minutos, vienen a la carrera”- contesto Alice, viendo en el futuro de alguno de los chicos, seguramente en el de Jasper.
Pretendía encaminarme hacia mi cuarto, pero Alice me interrumpió, voltee a mirarla, parecía más irritada todavía.
- “No creas que te vestirás sola, tu vestido ya esta en mi cuarto y Jasper sabe que tiene que pasar por aquí para arreglarse”- no sé porque no supuse que todo estaba arreglado.
Fuimos a un paso mucho más acelerado, del que era necesario, hasta la casa principal, Esme estaba en la cocina, preparando algo de comer para la pequeña manada de lobos y su nieta, siempre estaba pendiente de esos detalles, al igual que seguía dejando, para Leah, ropa limpia en el porche o se la mandaba con Seth, para que se pudiera cambiar, claro esta, ella solo la aceptaba sino le quedaba otra opción.
Cuando entre en la habitación de Alice, que siempre era sumamente distinta al resto de la casa, por la gran cantidad de detalles que había en ella –el estilo de decoración de Allie no se parecía en nada, al estilo de decoración de Esme- las cosas parecían estar un más alborotadas; Nessie estaba en una silla rosa, siendo peinada por Rose, que alisaba mechones de su cabello para luego torcerlos y sujetarlos con pequeñas orquillas; Alice se acerco a ellas, como aprobando el progreso y me indico que me sentara en su cama.
- “Parece que estas siendo torturada”- le dije a Nessie, tratando de sonar seria.
- “Si no te mueves no duele- contesto ella con los ojos cerrados- además, no te burles que después vienes tu”- una sonrisa de autosuficiencia se instalo en su rostro
- “Nessie, vas a quedar preciosa, lastima que pretendas dejarte ver del brazo del perro”- dijo Rose. Nessie era como una hija para todos, la cuidaban de formas que nunca imagine que lo harían, no porque no fuesen capaces de amarla, sino por el problema del olor a sangre.
- “Tía”- le reprocho Nessie a Rosalie
- “Mentira no es, así que no acepto quejas”
- “Vamos Rose, déjala, que aunque no lo reconozcas, te cae bien Jake”- intervino Alice, que empezaba a maquillar a mi hija.
- “Alice”- dijo la primera con tono ofendido
- “Rose”- Alice soltó aquel nombre de manera que parecía más cantado que otra cosa.
No pude evitar reírme, aunque sus peleas no eran tan seguidas como las de nuestros esposos, si tenían esos momentos en que se enfrascaban en llamarse por sus nombres como si eso fuese una forma sutil de pelear, eso me entretenía, y era bueno verlas dedicándose miradas no tan amigables y poder reírme de eso, porque por lo general el centro de los motivos para las risas era yo.
Pude sentir, los pasos apresurados, de los chicos mientras se acercaban a la casa. Entraron por la puerta principal haciendo gran alboroto, Alice decidió salir a ver su llegada yo la seguí de cerca. Estaban sucios de pies a cabeza, parecía que se habían revolcado por el suelo, sus ropas estaban manchadas de barro y grama, en particular Jasper parecía haber sido arrastrado por los trazos de cochinada en su camisa; en un principio pudo haberme preocupado el estado en que se encontraban pero el verlos reír, de la manera que lo hacían, me confirmaba que sus estado se debía a algún juego.
- “Basta de risas, vayan a darse un baño, tenemos que estar listos pronto”- interrumpió Alice la alegría de nuestros chicos.
- “Esta bien”- contestaron casi que al unísono, clavando sus miradas en el suelo
Nosotras volvimos a la habitación, Nessie ya estaba lista, con un hermoso vestido salmón; Rosalie también se había terminado de arreglar, llevaba puesto un bonito vestido, que parecía una segunda piel, de color negro.
Me di una ducha veloz, en el cuarto de baño de Alice y salí para colocarme un vestido corto, de color verde esmeralda, Alice había sido un poco más creativa en esta ocasión, colocándome ese color con accesorios en tono coral, Rose plancho mi cabello y no hizo gran cosa, me permitieron acomodarlo con mis dedos de la forma que más me gustara, cuando estuve lista, me percate de Alice, que tenia puesto un muy bonito vestido, de un color blancuzco y con detalles de encaje.
Ya todas lista, salimos a la sala, donde se escuchaba que alguien tocaba el piano, no hacia falta ver quien era el que estaba sentado en el banquillo, para saber que no podía ser otro que Edward. Allí lo encontré, concentrado en las teclas, llevaba un hermoso traje negro, muy clásico, con una camisa blanca y corbata a rayas gris.
Se puso de pie y contemplo toda la imagen, como yo lo contemplaba a él, se veía tan majestuoso, como siempre. Dio unos cuantos pasos al frente, hasta estar solo a un par de metros, giro a mi alrededor, para luego colocarse aun más cerca, me rodeo en sus brazos, tal y como acostumbraba a hacer, y su inclino hasta rozar con sus labios el hueso de mi clavícula, que se encontraba expuesto, trazando un camino por mi hombro, hasta mi cuello.
- “Creo que tengo un nuevo color favorito”- dijo a mi oído, sus simples palabras, despertaron en mi el deseo de saltarle encima y no ir a ninguna parte.
- “Vamos chicos- interrumpió la voz de Jasper, que apenas entraba al salón con el resto de la familia- no hay tiempo para eso, así que ni lo pienses Bella”- daba gracias al ya no poder ruborizarme.
Todos caminaron hacia la puerta, iríamos en tres autos, el de Carlisle, la camioneta de Emmett y el infaltable Volvo.
- “¿Qué es lo que no tenias que pensar allá adentro?”- pregunto Edward mientras me abría la puerta del coche.
- “Nada”- dije en un susurro
- “Vamos Bella, sabes que eso no es verdad”- pregunto con su voz más sexy. Me tenía acorralada contra el marco de la puerta.
- “No tenia que pensar en saltarte encima y quedarnos en casa”
- “Y todavía no lo puedes pensar, suban al auto ya”- grito Jasper desde el Mercedes.
- “Jazz tiene razón, si esperas que lleguemos a algún lado, mejor no vamos”- dije sacando autocontrol de donde ya no tenia
- “Esta bien… ¿Te dije que estas hermosa?”- dijo mientras cerraba la puerta
- “Me encanta oírlo”- le conteste en cuanto estuvo en el asiento del piloto
Llegamos a la recepción, era increíble el cariño que la gente parecía tenerle a Carlisle, a pesar del poco tiempo que teníamos en aquel pueblo, se podía escuchar algunos susurrando comentarios sobre su poco convencional familia –esa gente no tenia ni idea de que las palabras poco convencional, se quedan más que cortas, a la hora de calificarnos-. Los hombres contemplaban embelezados la belleza de Rosalie, mientras que todas las mujeres ya parecían tener su favorito de los chicos, el doctor o alguno de sus hijos.
- “Recuérdame no dejarte salir así otra vez”- dijo Edward apretando su brazo en mi cintura
- “¿Celoso?”
- “Bastante, podría acabar con alguno. No te separes de mi esta noche para mantenerme en calma”
- “Nunca”- me limite a responder
La noche transcurrió calmada, algunos chicos, imagino que hijos de otros médicos, se acercaron a invitarnos a bailar y otras chicas se dedicaron a hacer sutiles insinuaciones a nuestras parejas, claro esta, siempre conseguimos la manera de negarnos y de espantar.
Carlisle subió al escenario, cuando lo llamaron, para recibir un reconocimiento por su gran labor en tan poco tiempo, quien lo llamo pronuncio unas palabras muy bonitas de él, palabras que lo describan perfectamente; desde que me trasforme me he dado cuenta de que Carlisle va más allá de las etiquetas, él no es lo que dice su naturaleza salvaje, no lo podemos encasillar en eso, en un monstruo; Carlisle demuestra que uno es capaz de definirse a si mismo, con sus actos, con sus maneras, él simplemente es un hombre de gran corazón, compasivo, entregado a su familia.
Cuando recibió el reconocimiento, fue muy breve con sus palabras, no es del tipo que alardea, pero no olvido nombrar a su familia, a sus hijos –que somos todos- y a su esposa, su compañera de vida, su compañera en la eternidad –si la gente supiera que tan ciertas eran esas palabras-.

POV Alexander

Aquí estaba bailando entre los humanos, danzando entre sus esencias, sus dulces y tentadores aromas, con la boca llena de ponzoña y la garganta en llamas.
Que linda la familia feliz, tan cerca de humanos sin hacerlos sus presas, comportándose como animales amaestrados.
Si supieran que la felicidad no les durara mucho más que esto, su final se acerca; no entiendo como son felices con estas actuaciones, con esta vida que no es más que una condena, una maldición.
Y ella, Bella, tan hermosa, tan absurda, ¿como vendió su alma al diablo para no estar viva, para no estar muerta.?. Con ella jugare como con ninguno, todavía tengo su sabor en mi boca.